Tal vez no lo sepas, pero, seis meses es la media de lo que dura un gato casero en la calle. Desde que lo abandonas, hasta que muere. Desgraciadamente, aún en pleno siglo XXI sigue habiendo personas que compran o adoptan un gato sin saber cuáles son sus necesidades y lo que significa tener un animal.
Una familia de granjeros oriunda de la ciudad de Montreal, en Canadá, encontró hace unos meses una caja de cartón dejada en el porche de su casa. Para su sorpresa, al abrirla descubrieron a un gato atigrado de color naranja junto a otros dos gatitos más pequeños dentro.
Pronto se dedicaron a tratar de ponerlos a buen resguardo; sin embargo, a pesar de todos los esfuerzos por salvarlos a todos, uno de los pequeños felinos no logró sobrevivir. La familia llevó al resto hasta Chatons Orphelins Montreal, un refugio local para buscar ayuda.
El pequeño gato naranja a menudo acogía entre sus brazos a la gatita más pequeña para protegerla.
«La familia condujo un largo camino por la noche para traernos a los gatitos, para que pudieran tener la oportunidad de sobrevivir», compartió Chatons Orphelins Montreal.
Los rescatistas y voluntarios descubrieron que los gatos no pertenecían a la misma camada. Según sus cálculos, se estimó que el gato anaranjado tenía cuatro semanas y la gatita gris aún presentaba su cordón umbilical adherido.
Fueron bautizados con los nombres de Ron, para el naranja, y Ginny, la gris. Así fueron creciendo y compartiendo la vida juntos. Con frecuencia se ve cómo el gatito naranja rodea tiernamente a la pequeña, envolviendo sus patitas alrededor de ella mientras ambos duermen la siesta.
«Su madre adoptiva los alimentaba con biberón cada dos horas durante todo el día. Se animaron y comenzaron a ganar peso», compartió el rescate.
A pesar de ser muy diminuto, Ron fue de gran ayuda para Ginny. Siempre a su lado tratando de protegerla, no obstante estar separados por tres semanas. Ron estuvo con su amiga todo el tiempo, bañándolo de besos, caricias y abrazos.
Luego de un tiempo, llegó al refugio canadiense otro ejemplar singleton llamada Scottie, la única sobreviviente de una familia de gatos que pereció atrapada en medio de una pared de concreto.
Gracias al esmerado cuidado de una de las veterinarias quien se convirtió en su madre adoptiva, Scottie logró por fin superar una serie de problemas de salud y obtuvo una nueva oportunidad de vida.
Cuando estuvo lista para conocer a otros como él, ansiosa de un nuevo mejor amigo, los voluntarios de Chatons Orphelins Montreal decidieron presentarle a Ron, contemporáneo en edad. El pequeño y cariñoso atigrado se acercó también a Scottie y la tomó bajo su protección y mimos.
Ron y Scottie comenzaron a jugar y a luchar, asfixiándose en una maraña de abrazos. La verdad es que se los veía felices, era como si Ron supiera exactamente lo que necesitaba su nueva amiga. Así, los dos gatitos se convirtieron rápidamente en un dúo dinámico de amistad.
Ron continúa ofreciendo su calidez y su dulzura a todos los demás gatos en el refugio. Se lo ve muy emocionado, encantado de tener una amiga como Scottie con quien puede retozar a sus anchas durante todo el día y tomar una siesta entre juego y juego.
La verdad es que estos pequeños peludos tuvieron un difícil inicio, pero gracias a esta gente increíble y amante de los animales, hoy tienen una nueva oportunidad de vida bajo un techo con abrazos amorosos y comida calientita.
Si estás decidido a tener una mascota, plantéate la adopción. Hay muchísimos animales dejados a su suerte y recogidos en las protectoras esperando a alguien como tú quien les quiera. Pon tu granito de arena y ayúdales.