Una familia que reside en el barrio de Ontario, en Nueva York, hizo un asombroso descubrimiento en el porche de su propia casa.
Alguien salió y de repente, vio a un gatito de unos 10 años aproximadamente, allí sentado silencioso y muy tranquilo. A simple vista era solo un felino que se ubicó allí un momento para descansar…
Pero más adelante notaron que el chiquillo necesitaba ayuda con urgencia.
Su quietud les intrigó, y después de un rato alguien se acercó a ver qué le pasaba, porque parecía estar ocultando sus patitas.
Seguro estaba muy asustado. Menos mal que paró en la puerta de una casa habitada por personas bondadosas a las que les preocupa el bienestar de un animal indefenso.
Cuando lo vieron bien, resultó que las patas de este valiente chico estaban completamente plegadas hacia dentro.
Le daba miedo hacer algún movimiento o tener cualquier tipo de contacto con otro ser, pero la mujer que lo encontró estaba dispuesta a hacer todo lo que estuviese en sus manos para ayudarle.
El nombre del gatito era Buster
Después se hizo evidente que tenía una muy buena razón para esconder y proteger sus patitas.
Esa mujer notó que el felino necesitaba urgentemente asistencia médica, porque sus patas estaban heridas. Por eso tenía dificultades para caminar. En vista de su condición, se decidió llevarlo a un refugio para animales de la localidad llamado Lollypop Farm.
El asustadizo gato de diez años fue diagnosticado con pododermatitis de las células plasmáticas.
Se trata de la enfermedad popularmente conocida como «pie de almohadilla», que consiste en una dolorosa hinchazón producida en las almohadillas de las patas de los felinos. Sus causas no se conocen muy bien hasta el momento, pero se manifiesta a cualquier edad y la hinchazón es bastante dolorosa.
Esa condición fue lo que debilitó tanto a Buster hasta el punto de no poder caminar
Afortunadamente, llegó hasta el lugar indicado después de mucho esfuerzo por resguardarse. Su instinto funcionó bastante bien. Los veterinarios y voluntarios se aseguraron de que el gato reciba todo el amor y atención que merecía…
Así inició el camino hacia una total recuperación
«Es gentil y afectuoso. Sus patitas están sanando poco a poco y muy bien», comunicó un voluntario de Lollypop Farm.
Trataron sus patas y las protegieron con guantes especiales, hasta que sanaron por completo.
No le gustaban mucho esos guantes porque estaba acostumbrado a lamerse las patas, por lo que tuvieron que ponerle un cono también. Pero siempre se mantuvo tranquilo durante el tratamiento.
Después de unos meses, Buster se transformó en un saludable, dulce y enérgico gatito que pronto será puesto en adopción por el refugio que lo rescató.
Esta historia además de ser muy hermosa nos sirve como mensaje: si encuentras a un animal que necesita ayuda, auxílialo, no necesariamente esto implica que debas llevarlo a tu casa. Hay lugares que se especializan en hacerlo y es muy gratificante salvarle la vida a un ser inocente.
Comparte la historia de Buster con todos tus amigos. Quizás haya alguien que quiera adoptarlo cuando se recupere por completo.