No nos queda duda alguna de que, nuestro gatito protagonista abraza la vida. Y lo hace con todas sus fuerzas, cada segundo que pasa. Se trata de un minino bellísimo llamado Quark, quien lamentablemente no controlaba su equilibrio.
El gatito caminaba tambaleándose por la vida hasta que descubrió el calor de un abrazo
El gato llegó a las puertas de Animal Welfare League of Arlington, una clínica veterinaria ubicada en la ciudad homónima, estado de Virginia, Estados Unidos. Necesitaba de mucha ayuda y cuidados urgentes. Apenas podía caminar.
Esto suele ocurrir en estos animales. Podemos notar, en ocasiones, cómo nuestro gato se tambalea y se le ve débil en sus patas traseras. Pierde su elegancia felina natural e, incluso, en algunos casos, impide su movilidad.
Cuando surgen este tipo de problemas es imposible evitar preocuparse. Tal como lo hizo la familia de Quark. La verdad, parecía mareado y errático al andar. De inmediato, muy esperanzados, sus humanos buscaron la ayuda de este sitio.
El pequeño gato no tardó en ingresar al programa Kitten College, donde comenzó su monitoreo por parte de los médicos veterinarios. Sin embargo, en poco tiempo comenzaron a notar cierto desgano en el felino.
Al pobre no solo le costaba un mundo moverse con normalidad, sino que, además, estaba inapetente, lo que le dificultaba aún más al indefenso su recuperación. La situación de Quark se volvió cada vez más y más crítica.
En vista del agravamiento progresivo del gato, los especialistas se comunicaron rápidamente con Nova Cat Clinic, en busca de asesoría. Este grupo de apoyo cuenta con un programa que abraza y ayuda a los gatitos con problemas de salud.
“Luego de realizar nuestro examen de admisión básico y trabajo de laboratorio, notamos que el gato tenía una pequeña infección sistémica. Para ello, nuestros veterinarios recetaron antibióticos”, dijo Ellen Carozza, una técnica veterinaria.
Adicionalmente, comenzaron a manifestarse en el animal una serie de características típicas de la hipoplasia cerebelosa (una afección en la que el cerebro no se desarrolla adecuadamente).
Afortunadamente, con todas sus dificultades y debilidades, gracias a los cuidados y tratamiento médico, hoy el pequeño se encuentra de maravilla. Su nombre le rinde honor a la partícula subatómica de la física cuántica y va muy a su ritmo.
Lo mejor es que, su fortuita condición no le impide llevar una vida como la de cualquier otro gato, ser feliz y demostrarlo abrazando a otros gatos. Se trata de un animal maravilloso y deseoso de seguir explorando y disfrutando de la vida.
“Ser un poco inestable no impide que Quark disfrute de la vida. Está descubriendo su propia esencia. Tomamos precauciones para tenerlo en un entorno más seguro para que, si se cae, no se lastime”, finalizó Carozza.
Además, forma parte de una familia que lo adora, ya que Quark es el primero en el albergue que se da a querer con otros de su especie. Desde su primer día allí, Quark abraza con fuerza a cada gato que encuentra para demostrarle su amistad.
Entonces, viendo tanta necesidad de amar y ser amado, el personal de la clínica lo envolvió con una manta suave y lo cargó dentro de sus bolsas del uniforme a todos lados. Para que pudiera satisfacer su constante pedido de calor y amistad.
Pasado un tiempo consiguió un nuevo mejor amigo, Eggbert, otro bigotón pelirrojo extraordinario y un orgulloso graduado del programa Kitten College. De inmediato, se acurrucó junto a él y le comenzó acariciar su esponjoso vientre.
Pero, a ambos se les uniría el gran Elvis, otro hermoso pelirrojo a quien Quark le dio inmediatamente otro gran abrazo de oso. Convertido en un mareado abrazador profesional, expresar su amor a través de los abrazos es sinónimo de felicidad y seguridad.
Y, para asegurarse de que más nunca se sienta solo, le regalaron un pez de juguete para hacerle compañía. Quark, nos invita a abrazar sin medida a todos nuestros seres queridos, en uno que nos acaricie el alma.