Cada gatito es un ser estupendo quien nos regala todos los días la alegría de poder estar en su compañía, nos divierten con sus travesuras y, lo mejor y más importante, nos demuestran su amor incondicional a cambio de nada. Desafortunadamente, muchos de ellos no tienen un hogar y una familia a quien amar.
Un pequeño gatito sobrevivió a una zanja para robar el corazón de su salvadora.
Cuando Paige, una mujer trabajadora y oriunda de la ciudad de Pittsburgh, Pensylvania, Estados Unidos, salió ese día rumbo a su oficina, jamás se imaginó que encontraría al amor de su vida transformado en una diminuta bola de pelos felina.
Transitando por la calle, Paige se percató de que el pequeño gatito logró salir de una estrecha zanja junto al césped y, en verdad se lo veía muy feliz de encontrarse con ella. Poco sabía que volvería a casa con este tierno minino acurrucado entre sus brazos.
«Trabajo en una oficina que admite mascotas; la gente a menudo trae perros callejeros para encontrar un hogar en lugar de llevarlos a un refugio. Mi compañera de trabajo dice que salió y recibió su correo sin ver nada, luego, cinco minutos después, escuchó a un gatito gritando para llamar la atención», dijo Paige.
Por supuesto, el gatito se encontraba sin hogar y en situación de calle, de modo que, Paige se conmovió con él y no lo dejó para que se las ingeniara como pudiera. De inmediato, lo tomó en sus manos y lo llevó con ella a la oficina. La verdad es que, a ambos se los veía muy felices de haberse encontrado.
El gato atigrado fue bautizado con el teatral nombre de Hamlet. Todos los compañeros de trabajo de Paige quedaron fascinados con la dulzura del animalito, y varios de ellos se ofrecieron a cuidarlo.
Y en ese ambiente el bigotón aprendió el arte de ser oficinista.
«Tuve una cita con el veterinario para mi gato más tarde esa semana, así que me ofrecí a ‘vigilarlo’ hasta entonces para que lo revisaran. Se quedó dormido sobre mi pecho mientras yo trabajaba y cuando todos vieron lo cómodo que estaba conmigo, estuvieron de acuerdo en que eligió por nosotros «, compartió Paige.
Finalmente, Paige sucumbió ante los encantos de Hamlet y le dio la bienvenida a su hogar. El gatito se instaló de inmediato y, después de una semana de destete, comenzó a comer alimentos sólidos como cualquier gatito grande.
Posteriormente, Hamlet conoció a su nueva hermana felina llamada Lady Catherine, quien, al principio se mostró recelosa ante la llegada de la nueva mascota. Sin embargo, Hamlet estaba decidido a ganársela a como diese lugar y vaya que lo logró con creces.
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El gato asumió el rol de asistente de oficina en casa. Comenzó a supervisar a su madre cada vez que ella estaba frente a la computadora, saltando sobre el escritorio o sentándose en su regazo. Pero, además se asegura de que su madre esté sana y salva cada vez que usa la ducha.
A medida que Hamlet fue creciendo, comenzó a convertirse en un gatito de lo más guapo y juguetón, su pelusa se multiplicó y su personalidad apareció como el brillo de un relámpago. Él la sigue a todos lados como una sombra, siempre protector y sumamente agradecido con su nueva mamá humana.
Una historia de bellos encuentros fortuitos entre personas y animales. Ya han pasado tres años desde que Hamlet encontró a Paige en su camino a la oficina. Paige ya no puede vivir sin su amoroso asistente, él simplemente se ganó su lugar.