Este gatito estuvo muy cerca de perder la vida tras ser abandonado en las calles desde que era muy pequeñito. Kevi lo encontró una noche por una calle muy transitada, porque mientras iba conduciendo el gatito saltó frente a su auto.
Al notar al gatito, Kevi bajó del auto para tomarlo, pero entonces el pequeño animal corrió totalmente aterrorizado hacia unos arbustos donde se escondió.
«Cuando lo encontré, dejó escapar el grito más desgarrador, como si dijera: por favor no me hagas daño, estoy herido», cuenta Kevi.
Pasaron más de una hora intentando convencer al gatito de que saliera, pero él estaba demasiado asustado, no confiaba en nadie. Cuando por fin salió, lo hizo a toda velocidad hacia la calle, fue entonces cuando Kevi lanzó un abrigo sobre él para poder calmarlo y tomarlo.
Al tomarlo en sus manos, se dieron cuenta de que el pequeño gatito era apenas sólo piel y huesos, tenía su pata trasera lastimada, lo que parecía una fractura a la altura de la pelvis, y además estaba lleno de pulgas.
Inmediatamente lo llevaron a Tree House Humane Society, un grupo de rescate en Chicago, y desde ese momento la vida del gatito empezó a cambiar para mejor.
«Llamamos al gatito Dudley (por Dudley Do Right) porque caminaba como si acabara de bajar de un caballo», cuenta Kevi. Luego de darle cinco baños quedó limpio y totalmente libre de pulgas.
Pero con el paso del tiempo no dejaba de cojear, a pesar de que ya se le notaba mucho más feliz y había alcanzado un peso estable, así que lo llevaron al veterinario.
«Después de llevarlo al veterinario, las radiografías demostraron que tenía la pelvis rota y una cabeza femoral (en su pata trasera derecha)», explica Kevi.
Nada detenía a este gatito, aunque estaba lastimado. «Una pelvis rota no detiene a este feliz chico de bailar».
Al gatito le realizaron una cirugía de Ostectomía de Cabeza Femoral para que pudiera sanar completamente y que pudiera caminar ya sin dolor. Afortunadamente pudieron recaudar fondos suficientes y hacerle la cirugía que necesitaba para vivir una vida de calidad.
«Sus patas traseras son muy débiles, así que le gusta apoyarse en las cosas, también se cae todo el tiempo, pero cada día se hace más fuerte», dice Kevi.
Dudley es todo un campeón, está tomando sus medicamentos, comiendo bien y haciendo terapia física. «Se supone que debe caminar por lo menos tres minutos cuatro veces al día, pero Dudley insiste en que puede correr y saltar ahora», dice Kevi.
«Ahora ya han pasado dos semanas después de la operación, se recupera muy bien y pronto irá a la Sociedad Humana de Tree House para su adopción».
Dudley ha podido dejar su pasado atrás y puede vivir una vida feliz y tranquila ahora. «Mirando atrás cuando lo encontramos por primera vez, ni siquiera sabíamos si iba a vivir…», dice Kevi. Ya no es un gatito con miedo, ahora le encanta dar amor a todos, y suele pasar mucho tiempo con su mejor amigo: el señor caballo.
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