No importa si se trata de un diminuto y vulnerable gatito o un animal salvaje, todos tienen derecho a la vida. Afortunadamente, son muchas las personas dispuestas a luchar por su bienestar y realizar gestos extraordinarios para salvar a la mayor cantidad de animalitos posibles.
Los rescatistas son de esas personas que con el corazón llenito de amor siempre estas dispuestos a transformar a vidas. Gracias a la labor de un grupo de rescate, una camada de gatitos de apenas una semana de nacidos, logró sobrevivir tras ser abandonados.
Un gatito llamó especialmente la atención de sus rescatistas.
Al ser tan pequeños necesitaban atención las 24 horas del día, por lo que un grupo de voluntarios se encargó de cuidarlos.
Entre la camada se encontraba un pequeño felino que llamó especialmente la atención de todos los que intentaban salvarlos, se trataba de un gatito jengibre mucho más pequeño que el resto que luchaba por sobrevivir.
El indefenso gatito necesitaba atención especial.
Una rescatadora con mayor experiencia supo del gatito y decidió llevárselo a casa para brindarle todo el cuidado personalizado que necesitaba.
Jess, la rescatista, comenzó a alimentarlo con una sonda, lo cubría con una manta para mantenerlo caliente y permanecía junto a él la mayor parte del día. Después de varios días de total incertidumbre sin saber si lo lograría, el gatito comenzó a animarse.
Jess decidió llamar al pequeño peludo Baby Mars.
Baby Mars demostró ser mucho más fuerte de lo que todos creían, después de unos días comenzó a ser alimentado con una jeringa. Pronto estaría completamente sano y comería por sus propios medios.
El principal plan era lograr que el pequeño felino estuviera sano y fuerte para que pudiera ser adoptado.
Al gatito le gusta acurrucarse en los brazos de su rescatista o en el regazo cuando duerme la siesta.
El rescate local, Chatons Orphelins Montreal, se ofreció a cuidarlo y velar por el gatito mientras se iba a su nuevo hogar. Celine Crom, que es miembro del refugio local, al respecto señala:
«Jess cuidó al gatito. Ella lo alimentaba cada dos horas, lo mantenía cálido y amado. Eso fue lo que le salvó la vida”.
Tan pronto como Baby Mars comenzó a ganar peso y tener fuerza en sus patitas, se motivaba a comer solo, incluso, muchas veces intentaba meterse en la taza de comida.
Su estadía en el refugio fue corta, una voluntaria de Chatons Orphelins Montreal se ofreció a darle un hogar de acogida mientras encontraba la familia que lo tendría por siempre.
Al dulce gatito le gustaba ronronear antes de dormir.
Mientras esto sucedía, Baby Mars iba creciendo y con ello el amor que se sentía su madre de acogida Coralie.
Ella lo llevaba a todas partes para asegurarse que pudiera comer a la hora, quería que creciera fuerte y encontrarle un hogar cuando estuviera listo. Pero al parecer, los planes del pequeño Babe Mars eran diferentes.
Disfruta de su increíble transformación en el siguiente vídeo.
El tierno jengibre había conquistado por completo el corazón de su familia de acogida. Cuando llegó el momento de la adopción, Coralie sabía que el gatito le pertenecía por lo que decidió adoptarlo oficialmente.
«A los tres meses de edad, Mars fue adoptado oficialmente por su familia de acogida, es la combinación perfecta, destacó Celine.
Esta pequeña bola de pelos ahora comparte hogar con otros gatitos, que aunque son más grandes que él, es el más revoltoso y siempre pide toda la atención. Coralie comenta al respecto:
«Es muy persuasivo con sus pequeños maullidos, y sus grandes ojos. A veces, espera y mira a su humano hasta que obtiene lo que quiere: abrazos”.
El viaje para Baby Mars no ha sido nada fácil pero contó con el apoyo de increíbles personas que apostaron por su recuperación.
El pequeño jengibre ahora es una bola de amor con un hogar y una persona favorita que vela por sobre todas las cosas por verlo feliz y saludable.
No dejemos de apoyar a los centros de rescate locales, cualquier gesto es simbólico para esos héroes sin capa que dejan el alma salvando a quienes más tardan nos brindarán tanta felicidad.