Dicen que los perros y los gatos son como el agua y el aceite, por mucho que intentes unirlo siempre estarán separados, al parecer el pequeño Bambi sabia sobre este dilema. Aunque la actitud de los gatos es pacífica y muy dormilona, Bambi se había caracterizado por tener algunos rasgos de perro, jugar y gruñirle a extraños se había convertido en su pasatiempo favorito.
Lo desconocido siempre da miedo, pero los riesgos son parte de compartir entre perros y gatos.
Sin embargo, su dueña asegura que el tremendo gatito nunca había estado cerca de un perro, la primera vez que Bambi estuvo cerca de uno le tocó buscar un lugar seguro.
Jinny Ryann Pollinger es la dueña de Bambi y trabaja en The Dog Café, en los Ángeles, hace poco se ofreció como voluntaria para ayudar con la crianza de Archie, una especie de mini pinscher de un añito.
La visita siempre debe ser atendida aunque algunos miembros de la familia quieran esconderse.
Sin saber cómo reaccionaría el tremendo Bambi, decidió llevarse al pequeño perrito a casa. Pollinger comenta que el gatito le tenía miedo a los cambios, así que posiblemente la idea de un nuevo miembro a la familia no le agradaría del todo. Cuando Pollinger entró a la casa con Archie, Bambi se paralizó y tras unos segundos se escondió.
A veces es mejor correr para proteger nuestra vida.
Mientras Archie solo tenía curiosidad y querer jugar con el gatito, Bambi solo pensaban en esconderse. Si Archie se acercaba a Bambie, el gatito saltaba de un lugar a otro buscando seguridad, pasó por todos los armarios de la casa pero sentía que sería atrapado por el tímido perrito, así que terminó en el lavamanos.
. «En realidad cambió de un lado a otro entre dos lavamanos diferentes. Él estaría allí por alrededor de una hora a la vez antes de cambiar a un nuevo escondite, pero siempre encontraría el camino de regreso a uno de los lavamanos «.
A lo largo de la visita de Archie, Bambie se mantuvo cauteloso, no fue sino hasta el último día que se mostró receptivo y decidió darle una oportunidad al adorable cachorro, pero Archie tenía que regresar a The Dog Café. La amistad fue corta, esperemos que la próxima vez deje de lado el lavamanos y se atreva a jugar.
Los cambios a veces nos sorprenden pero son parte de la vida. Comparte esta nota para que todos sepan que tarde o temprano, los perritos y gatos pueden ser amigos.