Todos esperamos recibir el calor y la protección de nuestras madres al nacer pero no siempre sucede así. Esa mala suerte arropó a este diminuto gatito que, tras ser abandonado, ahora se aferra a la vida con gran valentía y coraje.
Pese al rechazo que sufrió este gatito tiene un futuro prometedor.
Se trata de Piper, un pequeñín de pelaje atigrado color ceniza que pesa la mitad de la medida de un gatito sano.
Su diminuto cuerpo fue visto por una samaritana, después de que su madre biológica lo abandonara junto a sus hermanitos.
Estas bellezas no contaron con el calorcito de mamá cuando más lo necesitaban.
Frente a esa realidad, la mujer que los encontró se ocupó de la cría durante una semana, mientras esperaba atenta el regreso de la gata pero esto nunca ocurrió.
Era inminente que el futuro de la camada ahora dependía de ella.
Comprometida con las dulces almitas, la mujer decidió pedir ayuda a los voluntarios de la organización de rescate de felinos FosterBabyCats, cuya sede se ubica en Columbus, Ohio (Estados Unidos).
Lo mejor era que verdaderos especialistas se ocuparan de ellos.
De manera empática los encargados escucharon el caso e instaron a la mujer a llevar a los gatitos al refugio.
Ellos se encargarían de atender de la situación y harían lo posible por sacarlos a todos adelante, pero uno de los gatitos necesitaba aún más ayuda que sus hermanos.
Se trataba de Piper, tal como lo bautizaron en el refugio.
El animalito era el más pequeño de sus hermanos, pesando la mitad de lo que ellos pesaban pero, además, tenía serios problemas de salud.
«Después de que terminó esa semana, todos los gatitos llegaron al rescate. Piper estaba lidiando con una neumonía por aspiración y comenzó a tomar antibióticos de inmediato. También noté algo de hinchazón en sus patas», compartió Jillian, de FosterBabyCats.
Jillian quedó conmovida con el desalentador panorama de Piper y se comprometió a ayudarle a sobrevivir. Esta voluntaria trabaja en la organización con este tipo de casos donde los afectados son gatitos recién nacidos.
«Me especializo en neonatos huérfanos porque, lamentablemente, es un grupo tan pasado por alto (en los refugios)», explicó.
Desde el primer día en que los tuvo entre sus manos, Jillian prestó atención complementaria para lograr estimular el sistema inmunológico de los gatitos y recuperarlos, pero especialmente a Piper que era el más débil de la camada.
Este gatito enano recibía lechita con biberón las 24 horas del día.
Durante las primeras semanas, nuestro guerrero no aumentó mucho de peso. El gatito tenía la medida de la palma de una mano y mientras sus hermanitos se recuperaban, él no parecía mejorar lo suficiente.
Todo eso hizo que Jillian se comprometiera más con su caso.
Los pequeñines también necesitaron permanecer en incubadoras al principio de su recuperación, para mantener así su calor corporal. Así que la rutina diaria de los hermanitos consistía básicamente en comer y dormir para recobrar energías.
Los juegos vinieron tras la recuperación.
Después de noches de insomnio, cuatro de los gatitos estaban listos para dejar la incubadora menos Piper, por lo que Jillian redobló su alimentación.
Además de llenarlo de muchos mimos para que se animara a comer.
El enano de la camada se ha acostumbrado al amor de su mamita adoptiva y parece que tanto cariño lo animó a salir adelante.
De hecho, en las últimas dos semanas Piper comenzó a subir de peso y demostró sus ganas por aferrarse a la vida.
Desde que el gatito descubrió sus patitas quiere ir detrás de sus hermanitos.
Es cierto que le costó recuperarse un poco más que a sus hermanos pero su fortaleza anima mucho a su cuidadora que continúa procurando su bienestar.
«Piper sigue siendo mucho más pequeño que sus hermanos, pero es un chico fuerte», dijo Jillian.
La mujer está encantada con la recuperación del gatito pero también con su personalidad, pues es muy empático y cariñoso.
«Siempre ha sido súper dulce y un poco pegajoso, definitivamente ama a sus humanos. Ahora, le gusta saltar y jugar a pelear con sus hermanos. ¡Todavía es más pequeño, pero definitivamente puede seguir el ritmo!», compartió Jillian.
El gatito diminuto cuya vida estaba en peligro es ahora parte del pasado. Estamos seguros de que con los cuidados de Jillian y el apoyo de sus hermanitos, el pequeño estará tan sano como ellos más pronto de lo que creemos. También confiamos en que una vez crezcan puedan hallar el hogar que se merecen.
En la vida no debemos dejar de luchar nunca y menos si es la salud y bienestar lo que está en juego; si dudas de esto en algún momento, solo recuerda la fortaleza que ha demostrado tener este pequeñín para vencer tantas dificultades.