El Refugio de Animales North Central rescató de las calles de Los Ángeles a dos pequeños gatitos en terribles condiciones.
Ambos estaban escuálidos por la falta de peso, además que su gran cantidad de pulgas les había provocado una anemia terrible. Por esta razón, solo uno de los hermanitos pudo seguir adelante, porque el otro murió irremediablemente.
La adorable mirada de Puck, a pesar de sus condiciones de salud, es difícil de resistir.
Desde el Refugio, decidieron enviar al sobreviviente a un hogar de acogida, pues era evidente que en el asilo de mascotas no tendría los cuidados óptimos para un gatito de su edad.
Fue así como Puck (así fue como bautizaron a este pequeño atigrado) llegó al hogar de Sarah y de su adorable hijo de 11 años, Remy. Madre e hijo supieron desde el primer día que tenían a un huésped muy especial y que les tocaba trabajar muy duro para garantizar su supervivencia.
Remy se tomó muy en serio los cuidados de Puck desde el primer día.
Puck realmente era solo piel y huesos. Sarah sabía que el gatito requería de una alimentación muy especial para reponerse.
Por si fuese poco, el gatito no tenía energía casi para nada. Le costaba sostenerse sobre sus propias patas y no podía alimentarse por sí solo.
Por fortuna para Sarah y para Remy, tras 48 horas de cuidados intensivos, comenzaron a notar los avances de Puck. Fue entonces cuando notaron que ya podía comer su suplemento especial directamente desde un tazón y de que daba muestras de curiosidad y deseos de jugar.
Pasaron muy pocos días cuando ya Puck podía valerse por sí mismo. Podía comer sin problemas directamente de su tazón y comenzó a jugar por primera vez. La emoción de Sarah y Remy fue enorme.
Puck se hizo fuerte, juguetón y curioso muy pronto.
El gatito no solo estaba fuera de peligro, también estaba dispuesto a demostrar con afecto y atenciones todo el agradecimiento que sentía por las personas que lo habían ayudado a salir adelante.
Además, Puck demuestra un cariño muy especial por Remy. Sarah asegura que el gatito lo ha escogido a él como a su humano favorito. El pequeño lo busca para acurrucarse junto a él y es común verlo jugar con el niño, mientras él trata de hacer sus tareas.
Sarah asegura con orgullo que del gatito escuálido y enfermizo que llegó a su casa hace algunas semanas, no queda ni la sombra. Ahora tienen en casa a un pequeño regordete y juguetón, que además tiene todas las intenciones de quedarse con su nueva familia por muchos años.
Aunque el hermano de este minino no pudo ganar la batalla contra la adversidad de vivir en las calles, Puck logró superar esta prueba, con amor y atenciones. Ahora él ha encontrado su lugar para siempre.
Remy y Puck son amigos para siempre.
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