Un lindo gatito de color blanco y una gran cola gris se vio en apuros cuando su familia se mudó de casa y lo dejaron atrás. El pequeño no entendía bien lo que estaba sucediendo y comenzó a vagar por las calles del vecindario en busca de alguien que lo ayudara.
Los veterinarios estiman que el gatito tiene entre 2 y 3 años de edad.
Por fortuna, llegó a la puerta de una amorosa vecina que se conmovió al ver lo desolado que estaba el tierno animal. Se notaba que estaba muy acostumbrado a vivir como una mascota y no lograría sobrevivir por sí mismo en las calles. El esposo de la amable mujer era alérgico a los gatos pero esto no la detuvo en su labor de ayudar al pequeño.
“Estuvo a la deriva desde el otoño. Podía perder la vida en el invierno”.
Se aseguró de convertir el garaje en un lugar perfecto para él, podía entrar y salir de allí cuando quisiera y siempre podía encontrar una cómoda cama y alimento para gatos.
Todo parecía ir de maravilla y el pug de la casa no tardó en volverse un protector para el tierno gatito. Sin embargo, la amable rescatista sabía que el felino merecía una casa en la que pudiera explorarlo todo a su antojo y no quedar obligado a estar en un solo cuarto.
El gatito es de la raza conocida como Ragdoll.
Contactó a Debbie, una colega de ella que además trabaja en un refugio para animales. Desde entonces, Debbie se encargó de llevarlo al veterinario para asegurarse de que todo estuviera en orden con su salud y no tardó en enamorarse de la noble y dulce personalidad del simpático gatito.
Decidió llamarlo Valentino porque se acercaba el día del amor y la amistad y porque además era sumamente cariñoso.
“Es magnífico. Tiene un temperamento muy dulce y dócil. Ya camina por todos lados como si fuera el dueño del lugar”.
El veterinario descubrió que el pequeño Valentino estaba sufriendo una infección respiratoria. Su pelaje también estaba un poco afectado con serios enredos en algunas zonas pero de resto se encontraba bastante saludable. Comenzó un tratamiento de antibióticos, recibió todo un día de agasajos para cuidar su pelaje y quedó más apuesto que nunca.
“Es un gatito que merece tener una vida feliz y me aseguraré de que así sea”.
Ahora Valentino se encuentra sano y salvo junto a Debbie y podrá disfrutar de un hogar en donde lo cuiden y no tenga que volver a pasar por la dura experiencia de que lo dejen atrás.
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