Madison Kelly, una joven ciclista se dirigió a una carrera en su bicicleta y dio lo mejor de sí. A pesar de que no logró el primer lugar en la competencia consiguió algo muy especial: una gatita huérfana saltó a sus hombros y decidió que se convertiría en su nueva humana.
Madison vive en la zona sur de Chicago en Illinois, Estados Unidos.
Otros de los competidores habían encontrado a la asustada gatita debajo de un automóvil. Por su seguridad decidieron que lo mejor sería sacarla de allí y tratar de buscar a alguien que la pudiera llevar a un refugio o incluso adoptarla. Minutos después de terminar la carrera Madison se dio cuenta de que varios de los ciclistas estaban en torno a la linda gatita. Como siempre fue una gran amante de los gatos, no pudo resistirse y decidió acercarse para conocer a la linda felina.
Además de ser ciclista, Madison tiene un Máster en Ingeniería Biomédica.
Madison había pasado toda su vida viviendo con una gatita llamada Kitsy y eran mejores amigas. En cuanto se acercó a la gatita huérfana de la competencia, esta pareció notar de inmediato que Madison tenía una debilidad especial por los animales, así que saltó directo a sus hombros y se negó a salir de allí.
Madison ha ganado más de 40 medallas en competiciones de ciclismo.
Todos quedaron sorprendidos ante la conexión tan instantánea que habían tenido, pero era algo definitivo. Madison podía dar varios pasos en cualquier dirección y la gatita se aferraba a ella con todas sus fuerzas para poder seguir en sus hombros.
“No gané la carrera pero sí una linda compañía gatuna”.
Al ver lo cariñosa que era la gatita, Madison no lo pensó más y decidió llevarla a su casa para adoptarla. La llamó Puig que significa “escalar” en catalán y “podio” en latín. Un nombre más que perfecto para una curiosa gatita que se valió de sus habilidades como trepadora para poder reclamar a su nueva humana que la llevara con ella.
Puig se lleva de maravilla con la otra gatita de la casa.
En cuanto se montaron en el automóvil, Puig se emocionó y comenzó a explorar cada rincón, pero al comenzar a andar volvió de inmediato al regazo de Madison y desde entonces casi nunca se separa de ella. Una vez en casa la bañaron, la alimentaron y le dieron la bienvenida. Puig se sintió muy a gusto en su nuevo hogar y no tardó en mostrar a todos su peculiar y divertida personalidad.
“Cuando no está acurrucada adora cazar esponjas de cocina y medias. Después las une y las amontona en los lugares más extraños de la casa”.
Más de una vez Madison se ha despertado con una pila de medias que Puig “caza” y se las lleva muy orgullosa hasta su cama para mostrarle el trabajo de toda una noche de cacería.
“Es muy traviesa y curiosa”.
No hay duda de que esta será una carrera que Madison nunca olvidará. Consiguió la amistad tan especial de una gatita que es experta en cazar medias y en acurrucarse.
Te invitamos a compartir esta historia que demuestra lo hermoso que es que los mininos elijan a sus humanos favoritos.