Una gatita huérfana no pudo dejar de aferrarse al joven que la salvó de un triste destino en un estadio. Ahora es una hermosa minina que no puede separarse del buen hombre que la acogió y le dio tanto amor.
Nunca sabemos lo que nos puede deparar el destino, menos aún cuando en las situaciones menos esperadas unas criaturas esperan de nuestra mano amiga. Es ahí cuando nuestro corazón se pone a prueba.
Una tarde de diversión y deportes cambió la vida de un grupo familiar, después de que un estadio de béisbol se convirtiera en el lugar ideal para adoptar a un grupo de hermanitos que se encontraban hambrientos y desamparados.
La gatita huérfana y sus hermanitos tenían sólo 3 semanas de nacidos.
Una mujer llamada Malia se percató de la presencia de las criaturitas que estaban solas y atemorizadas cerca de las gradas del estadio.
Aunque revisó por el lugar no halló rastro alguno de la madre felina y se sintió conmovida por los pequeños que estaban temblando del frío o de miedo.
Los mininos necesitaban ser atendidos.
De inmediato, ella y su esposo decidieron llamar a Sunny, una rescatista que sabía perfectamente cómo actuar en esos casos.
“Ella y su esposo me llevaron rápidamente a los pequeños. Mi hijo (CJ Sung) y yo los llevamos a un lugar seguro, los bañamos y les dimos biberones”, dijo Sunny.
Los animales estaban muy pequeños, así que necesitaban atención las 24 horas al día, razón por la cual Sunny decidió encargarse de ellos los primeros días. Por fortuna, los felinos se animaron rápidamente y empatizaron de inmediato con todos los humanos que formaron parte del rescate.
Chimera, uno de los mininos, logró flechar el corazón de CJ Sung, pues la gatita quiso estar al lado del joven todo el tiempo. Según relató Sunny, si alguien intentaba alejar a Chimera de CJ, la pequeñita comenzaba a ronronear para demostrar su molestia.
No quería despegarse de los brazos del chico.
Aunque el plan inicial de Sunny como rescatista era apoyar a la familia que había encontrado la camada y después regresárselos o darlos a otro grupo en adopción, su hijo se encariñó con la felina, así que también ella tendría un nuevo integrante en la familia.
“En el momento en que la vio, dijo: ‘Me gusta. Ella es mi gatita’. Se enamoró de ella y me suplicó que me quedara con ella. La llamó Chimera”, relató Sunny.
Parecía que la atracción y el amor a primera vista fue mutuo
Las semanas siguientes al rescate, la camada de felinos realmente se recuperó y en poco tiempo se convirtieron en gatitos saludables que estaban listos para ser adoptados. La familia que los rescató decidió conservarlos pero la mimosa Chimera no se separó de CJ.
“Una vez que los gatitos alcanzaron la mayoría de edad, los hermanos de Chimera fueron adoptados y ella se quedó aquí con nosotros”, contó Sunny.
Esta consentida logró su cometido, enamorar al joven.
En la actualidad, Chimera ya es una gatita adulta pero su madurez no ha mitigado el amor que siente por el hijo de Sunny. Parece que ella recordará para toda su vida quién la rescató y que lo viese como su ángel, pues se aferró a él desde el primer momento.
“Él es su mejor amigo. Ella definitivamente lo eligió”, dijo Sunny.
Los gatitos son los seres más impredecibles, pero definitivamente cuando se enamoran y eligen su dueño, y flechan su corazón, no hay nada que se les pueda resistir. Esta historia es una prueba de ello y es hermoso saber que la preciosa gatita ya es totalmente feliz en el seno de una familia de verdad.
Sin duda, esta camada tuvo una suerte tremenda pues se libraron de caer en un refugio y rápidamente encontraron un hogar.