Ginger Biscuit es una hermosa gatita que fue rescatada de un desagüe pluvial después de una gran tormenta. Por fortuna, una persona la vio a tiempo y le brindó ayuda, rápidamente la trasladó a Greenside Animal Hospital, donde recibió atención médica, la pusieron en una sala de aislamiento donde pudo descansar y recuperarse.
La gatita estaba un poco nerviosa cuando llegó por primer vez al hospital, comprensiblemente, todo era nuevo para ella, por lo que le costó un poco socializar con las personas que la rodeaban, desconfiaba de todos los que la cuidaban.
Gatita se escapa de su jaula para consolar una perrita asustada.
Tenía cerca de 8 o 10 semanas cuando fue rescatada. El Dr. Joubert Viljoen y la Dra. Suzette Greube, propietarios del Greenside Animal Hospital, comentaron al respecto:
“Ginder es tímida pero muy cariñosa y le gusta la atención una vez que ha superado su miedo al contacto con nuestro equipo que la cuida.
Es muy cautelosa con las personas cuando ingresan a la sala de aislamiento hasta que nos ve trayendo comida, luego está feliz de salir de su caparazón e interactuar”.
Esta hermosa gatita tenía la sala de aislamiento para ella sola hasta que llegó Anne, una callejerita que llegó a la clínica luego de ser rescatada entre un arbusto en un club deportivo. Estaba cubierta de pulgas y garrapatas, estaba tan débil que le costaba mantenerse de pie por si sola.
Desde el momento en que llegó todo el personal se abocó por curarla, estaba muy enferma así que necesitaba ser atendida de emergencia. Debido a su condición la instalaron en la sala de aislamiento.
Si bien las cajas de Ginger y Anne estaban separadas una de la otra de la habitación, sin forma posible de que pudieran tener contacto, o al menos eso creía el personal, la traviesa gatita los sorprendió cuando día no estaban en su jaula. En cambio estaba acurrucada junto a Anne en su caja. Viljoen y Greube comentaron:
“Subestimamos la capacidad de la gatita para atravesar la puerta de la jaula en la que la colocaron.
Con la perrita tan débil, nunca consideramos que fuera un riesgo para la gatita, pero cuando los vimos juntos la primera vez, definitivamente hubo un momento de pánico, ya que algunos perros no reaccionan bien a gatos y viceversa”.
Afortunadamente, el temor de todos se disipó cuando vieron lo receptiva que fue Anne con la gatita. La pareja parecía haber creado un vínculo casi de inmediato, se calmaban mutuamente, y derritieron a todos con sus acciones.
Si bien e personal intentó separarlos, Ginger y Anne tenían otros planes, permanecerían juntas y eso era todo lo que importaba.
“Después de descubrirlas inicialmente juntas, volvimos a mover a la gatita a su jaula, ya que su caja de arena, comida y agua estaban allí, pero inmediatamente salió de la jaula y regresó con su amiga”, dijeron Viljoen y Greube.
Para estas adorables bolas de pelos no importa lo diferentes que sean, no podían estar más felices de haber coincidido y recuperarse juntas. Anne estaba muy débil cuando llegó al hospital, pero Ginger a su lado parece sumarle fuerza y la motiva a recuperarse. Ginger por su parte, parece disfrutar de la calma y seguridad que le ofrece su amiga canina.
Juntas siguen aprendiendo una de la otra y mejorando a pasos agigantados. Finalmente Viljoen y Greube comentaron:
“Definitivamente es un caso de ‘tuyo, mío y nuestro’ con estas dos. ¡Les encanta acurrucarse e incluso comer juntos! ¡Tienen juguetes, pero el pasatiempo favorito de la gatita es perseguir la cola de Anne!”
Creemos que la amistad entre dos peludos tan diferentes es imposible. Sin embargo, esta dupla nos demuestra que pueden convivir en armonía e, incluso, pueden convertirse en los mejores compañeros de travesuras.
Una vez más, los animalitos nos dan lecciones de vida y nos demuestran que es posible aceptar las diferencias de los demás por muy raras que nos parezcan.