El intenso frío que azota en la actualidad a buena parte del Hemisferio Norte del Planeta, ha afectado a millones de personas, sobre todo las residentes en los Estados Unidos. Pero, también a muchos animales, que habitan en estas regiones cuyas corrientes gélidas, de hasta -37 grados no son, para nada cotidianas.
En días recientes, pudimos asistir a una escena más que se está repitiendo en las calles de la Gran Unión todos los días. Y es que, una gatita llamada Gerda fue encontrada a punto de congelación por el cuidador de una casa ubicada en la ciudad de Ottawa, en el estado de Illinois, Estados Unidos, sola en el porche.
De inmediato, viendo el estado de la pobre felina, el hombre no dudó en tomarla en sus brazos. Raudo y veloz, como pudo la trasladó hasta la Sociedad Protectora de Animales de la localidad.
Los médicos veterinarios decidieron someterla a una intervención que se dilató durante unas cuantas horas, ya que el estado tan lamentable en el que ingresó la peludita a quirófano no dejó a los galenos más opción que amputarle una pierna y su cola. Afortunadamente, se encuentra viva y a salvo.
“Esto, definitivamente le cambió la vida a Gerda, pero lo bueno es que la pudo conservar y se encuentra a salvo”, dijo el Dr. Hutchings uno de los especialistas y parte del equipo de la cirugía.
Y es que, resulta que cuando la gatita llegó al hospital, presentó una condición de exceso de azúcar en la sangre, además de que su grado de congelación corporal hacían imposible hacer más. Demacrada y deshidratada como estaba, su cola colgaba y una de sus patas traseras estaba completamente fracturada.
Si bien tiene un camino largo por delante, puede seguir teniendo un hoy y un mañana, gracias a los buenos oficios del equipo de la clínica, que trabajó incansablemente para devolverle el calor corporal a Gerda, y estabilizar su glucosa.
Sin embargo, en ese momento se dieron cuenta de que lo único que quedaba por hacer para salvarle la vida a la gatita en desgracia era amputar, y así, debieron proceder.
“Es probable que Gerda tenga un largo camino por delante, pero está viva y recuperándose, que es lo importante”, añadió Hutchings.
Por fortuna, hoy en día, nuestra dulce y atribulada protagonista felina descansa en cuidados intensivos del hospital donde fue operada, tratando de recuperarse de su horrorosa experiencia, así como de la convalecencia posterior a la cirugía. Se investiga mientras tanto si tiene familia, de otra manera ya recuperada se pondrá en adopción.
No olvidemos estar atentos a nuestros animalitos de compañía, no los dejemos solos. Muchísimo menos en situaciones climáticas tan extremas, sean de mucho calor o, como en este caso de frío intenso. Ellos sufren, al igual que nosotros, sienten, como tú y como yo y aman, de manera incondicional.
Comparte esta historia con nosotros y con tus mejores amigos. Evitemos a como dé lugar que historias como la de Gerda se repitan a diario. Esto, en definitiva, solo depende de cada uno de nosotros.