Kiara es una joven que vive en Florida y gana algo de dinero paseando a los perros de sus vecinos.
Cuando ella estaba en compañía de uno de los perros más grandes que se encuentran a su cuidado, descubrió que alguien seguía de cerca sus pasos.
Al darse la vuelta, una gatita diminuta, cubierta de grasa y pulgas, estaba muy cerca de sus talones. No le importó que Kiara llevara consigo a un perro enorme, con tal de llamar su atención.
Esta gatita de solo tres meses tenía días deambulando por el vecindario
A la joven le llamó la atención la valentía de la gatita, pero a su vez también le causó mucha pena verla en ese estado.
Llevó al perro que estaba cuidando a su casa y regresó de inmediato al mismo lugar en el que se había encontrado con la minina.
La primera vez que Hope durmió en su propia cama
La encontró donde imaginó que podría estar y allí la acarició, a pesar de que estuviera mugrosa y llena de pulgas.
La llevó entre sus brazos a la casa de algún vecino cercano, para preguntar si sabían de alguien a quien pudiera pertenecer esa pequeña.
En este video puedes ver el primer acercamiento de Kiara con la gatita callejera
Una de las vecinas la atendió y reconoció a la gatita cuando la vio en sus brazos. Llevaba días en las calles vagando y nadie la reclamaba. El pobre animalito había intentado acercarse sin éxito a más de uno en busca de amor y consuelo, pero siempre fue ignorada.
Kiara sabía que esta vez la suerte de la gatita sería muy distinta, así que la llevó a su casa y le habló a su novio. Ambos fueron esa misma tarde a buscar todo lo necesario para tener a la pequeña Hope cómoda en casa.
Kiara se encariñó con Hope desde el primer momento
Una de las primeras cosas que recibió Hope fue un buen baño. Kiara asegura que al asearla, el agua salía completamente terrosa. Era impresionante que la pobre estuviese tan sucia.
Después de estar bien limpia, la pequeña de unos tres meses y medio recibió una buena comida y pudo echarse en la que sería a partir de ese momento su cama. Kiara se enterneció de ver a la chiquilla relajada, durmiendo como posiblemente nunca en su vida lo había hecho.
Ahora Kiara y Hope tienen más de dos meses juntas y en muy poco tiempo, la gata ha dado un vuelco enorme. Por fortuna para ella, no queda ni la sombra de esa gatita mugrosa y miserable que deambulada sin rumbo por las calles.
Esta juguetona hace honor a su nombre, pues sin importar cuántas veces la rechazaran, Hope no perdió la “esperanza” de encontrar a su mejor amigo para siempre.
Ahora Hope realmente es una gata hermosa y feliz
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