Los gatitos, esos pequeños felinos con un carácter particular y una peculiar forma de conquistar nuestro corazón. De ellos hemos escuchado muchas cosas, algunos con talentos extraordinarios, otros, que han sido rescatados de terribles escenarios, sin embargo, nuestra peludita protagonista, quien fue adoptada cuando tan solo tenía dos meses de nacida por Elizabeth Konyak, tiene una conducta bastante interesante.
Konyak es de Nueva Jersey, encontró a la gatita vagando por las calles de Tuxedo.
La primera vez que Elizabeth vio a la pequeña sabía que tenía algo especial por lo que pensó que debía llevársela a casa, siguiendo su instinto la hizo parte de su familia abriéndole no solo las puertas de su hogar sino de su corazón.
Solo fue cuestión de tiempo para que su joven madre humana descubriera el interesante hábito de su nueva mascota. Cada vez que Konyak cantaba la traviesa gatita salía corriendo y se ubicaba sobre su cabeza.
Una práctica poco común que cautivó a un más a Konyak.
La joven comenta que al principio pensó que se trataba de una coincidencia, los felinos siempre hacen cosas extrañas, por lo que creía que se trataba de una reacción pasajera.
Sin embargo, la conducta se repitió en varias ocasiones y decidió poner a prueba su teoría. Konyak menciona que cuando comienza a cantar, la traviesa Helen sufre una especie de transformación pasando de una gatita relajada a una muy alerta.
Para la joven la extraña conducta de Helen no es de alarmarse.
Es posible que la voz de Konyak desencadene el instinto de caza innato en todo felino, una sospecha que la joven mantiene y acepta sin importar que pueda salir aruñada o despeinada. Al respecto comenta:
«Porque es una gata y porque está cazando, está tratando de ser sigilosa. Así que tienes que fingir que no la ves, porque en el momento en que rompes tu enfoque y haces contacto visual con ella, y ella ve que la ves, se detiene. Ella no atacará”.
Konyak solo quiere ver feliz a Helen, la describe como su fiel compañera de habitación y su mejor amiga. No importa si su extraña reacción le deja algunas marcas, sabe que su gatita lo disfruta y eso la hace aún más feliz.
Helen ahora es una gata adulta y sigue actuando de la misma manera cuando escucha a su madre cantar.
Su relación sin duda, es única en el mundo, estamos contentos que Helen tenga una madre tan compresiva y receptiva que disfruta sus elocuentes arranques.
Comparte la nota en tus redes y diviértete con la increíble reacción de una gatita al escuchar cantar a su madre, sin duda, te sorprenderá.