Una madre siempre desea lo mejor para sus hijos, incluso cuando hablamos de mamitas no humanas, y la historia de esta hermosa gata así lo demuestra. Su nombre es Priscilla y tras pasar las más duras pruebas de supervivencia en las calles, ahora está feliz y agradecida con la mujer que la rescató y le ha dado la oportunidad de una mejor vida a sus pequeños.
El agradecimiento de la gata tiene una razón especial: sus hijos.
Hace un par de semanas la voluntaria adoptiva de Salem Friends of Felines, Kayla, recibió la alerta sobre la presencia de una gata con su pequeña camada de cuatro mininos que luchaban por salir adelante en medio de tantas necesidades.
“Los encontramos en la calle, no puedo asegurar si sus bebés nacieron afuera o no, pero sí sé que esta no es su primera camada”, dijo la rescatista.
Cuando Priscilla fue rescatada, sus pequeños tenían entre tres y cuatro días de nacidos, aunque fueron encontrados en condición de calle la mamita se había dedicado a alimentarlos y protegerlos. Los felinos se encontraban sanos y bastante mimaditos por su madre.
Salem Friends of Felines es una fundación que opera en Oregón, Estados Unidos.
Aunque la cría estaba saludable la gata sí presentó algunos problemas gástricos, por fortuna no se trataba de nada grave.
La madre necesitó algunos medicamentos pero del resto podría decirse que la familia se encontraba en buena forma y no sólo física sino emocional.
Estos pequeñines son una hermosura.
Algo curioso que notaron desde el rescate es que la gata parecía estar siempre sonriendo, incluso frente a una situación de tanto estrés, pero tras un chequeo descubrieron una pequeña malformación en su dentadura.
«Su diente canino inferior derecho sobresale de su boca, dejándola con lo que parece una sonrisa», dijo Kayla, la rescatista.
Aunque durante el rescate la gata se mostró algo nerviosa y desconfiada, una vez entró a la habitación donde la cuidarían Priscilla se veía agradecida y feliz.
La pobre no paraba de lamer las manitos de sus rescatistas como si quisiera agradecerles por ese gesto de amor. Al parecer entendía que todos las necesidades que habían pasado quedaría por fin atrás.
Cual madre abnegada, la gatita estaba en paz por la salud de sus pequeños.
La gatita sabía que Kayla era una buena persona, así que en poco tiempo comenzó a confiarle a sus gatitos para que ella también los cuidara. Ese gesto era la mayor muestra de agradecimiento y confianza que podría demostrar cualquier mamá.
“Ella deja a sus bebés por un tiempo para que la cepillen y la acaricien”, comentó Kayla.
Ahora la gata sabe que también merece recibir amor y protección.
Una vez tuvo ayuda con la camada, la propia gata pudo descansar un poco más sin preocupaciones pues sus pequeños estaban bien atendidos.
Además que esta gatita también resultó tener un espíritu bastante toñeco. A la propia Priscilla le gusta disfrutar de los cariños de Kayla y se derrite ante la mujer cuando esta comienza a consentirla.
La felina es una chica muy curiosa y mimada.
Lo más lindo de esta historia es que Priscilla ha demostrado ser una excelente mamá y disfruta del trato amigable que le da su rescatista.
Ahora la felina no debe preocuparse por la comida y mucho menos por un techito, pues sabe que nunca más tendrán que volver a la calle y que sus hijos se han salvado de tantas necesidades.
Esta familia tuvo un final feliz gracias a la persona que decidió reportar a la gatita ante el refugio, el caso de Priscilla demuestra la importancia de hacer siempre lo correcto.