Georgina Harding y su novio, Sam Blackburn, estaban disfrutando de unas vacaciones cuando se encontraron con un perrito que necesitaba ayuda urgentemente.
Estaban conduciendo cuando notaron un extraño bulto en la carretera, decidieron acercarse y quedaron en shock al ver que se trataba de un dulce peludito que respiraba con mucha dificultad.
“Estaba tirado en la calle. Era sólo huesos y piel. Se podía ver que estaba aterrado, pero sin fuerzas para moverse”, explicó Georgina.
La pareja se olvidó por completo de sus planes y subieron al perrito al auto para llevarlo a un veterinario. Allí confirmaron que su estado de salud era realmente terrible. Detenerlo todo para ayudarlo, fue la mejor decisión que pudieron haber tomado.
“El veterinario nos dijo que las pulgas lo estaban comiendo vivo. Era grave”, dijo Georgina.
El hermoso peludito recibió el nombre de Simba, tenía los peores pronósticos pero Georgina y Sam estaban determinados a ayudarlo. Lo cuidaron con mucho amor y dedicaron sus vacaciones a darle una nueva esperanza al peludito. Por desgracia, se acercaba el fin del viaje de la pareja.
Él medico les aseguró que si Simba no recibía ayuda, le hubiesen quedado tan sólo 48 horas de vida.
Georgina y Sam son tan amantes de los animales que también rescataron a otra perrita de la calle durante sus vacaciones, pero ella tuvo mucho más suerte y sí consiguió un hogar temporal. Sin embargo, nadie abrió las puertas de su casa a Simba por su delicado estado de salud.
«No podíamos dejarlo», dijo Georgina.
Ellos sabían que no podían simplemente irse sin él. Trasladar una mascota de un país a otro puede resultar muy costoso, pero la pareja estaba dispuesta a pagar lo que fuese necesario para ayudarlo.
Por medidas de seguridad, Simba tuvo que permanecer en aislamiento durante 21 días pero finalmente logró llegar a su nuevo hogar.
“Le pusimos un chip, terminamos su tratamiento y preparamos todo para que viajara con nosotros”, dijo Georgina.
Una vez allí, los veterinarios de Reino Unido descubrieron un nuevo problema: el hermoso perrito tenía una fractura en una de sus patas y necesitaba una costosa cirugía o terminaría siendo operado para amputar su pata. Georgina y Sam ya habían pagado 4.500 dólares por su traslado, así que no contaban con más dinero.
El perrito fue rescatado en la isla de Barbados.
El rescate de Simba no ha resultado sencillo, pero ya es un miembro más de la familia. La pareja se encuentra recaudando fondos para poder brindarle la atención médica que tanto necesita. Es un verdadero milagro saber que este perrito consiguió a sus protectores en el momento en que más lo necesitaba.
Simba ha logrado llegar muy lejos y merece llevar una vida feliz. Comparte este rescate para dar a conocer su historia y ayudar a su familia a recaudar el dinero que necesita.