No cabe duda que existen amistades que no suelen ser la más comunes según lo que dicta la regla general, pero como no podemos mandar sobre nuestros sentimientos, en más de una ocasión terminamos siendo amigos de quienes menos esperábamos y esto ocurre incluso en los animales.
Diferentes especies que son consideradas enemigos naturales terminan siendo los mejores amigos, demostrando que el exterior no es lo más importante, sino que lo que realmente importa es lo que hay en el interior.
Gaku es un perro de raza Shiba, el cual desde pequeño se había sentido muy a gusto con los felinos y es que había sido criado por su familia en Japón, la cual contaba también con un pequeño amigo gatuno de nombre Tarawo.
Ambos, Gaku Y Tarawo, habían desarrollado una gran amistad y amaban pasar el rato juntos; lamentablemente, Tarawo se despidió de esta familia a la edad de 15 años, lo que sin duda dejó un enorme vacío en la vida de sus dueños, así como de su gran compañero perruno, quien ya estaba acostumbrado a los ronroneos de su mejor amigo.
Pero el destino tiene un plan para todos, por lo que, a pesar de todavía no estar listos para adoptar a otro gato, un día, después de mes y medio de la muerte de Tarawo, los dueños de Gaku se encontraron a un pequeño rubio gato que no tenía hogar y sus corazones bondadosos no lograron dejar al pobre animalito desamparado.
Así que tomaron al pequeño gatito y lo llevaron a su hogar con la esperanza de que todo fuera bien entre el gato y Gaku. Y es que, a pesar de haber demostrado llevarse bien con los gatos, Gaku todavía estaba pasando por una pérdida muy importante en su vida y no sabían cómo reaccionaría.
Pero por supuesto, Gaku recibió con los brazos abiertos al recién llegado; aunque el nuevo gato nunca reemplazaría a su viejo amigo, no había motivo para no aceptarlo como nuevo miembro de la familia.
Y mas allá de aceptarlo, Gaku estaba muy emocionado de tener un compañero con el cual compartir su día a día. Ahora él y el pequeño y rubio gato, que ahora lleva por nombre Torajiro, son los mejores amigos y comparten hasta la cama.
Desde el segundo día estos dos dorados amigos duermen juntos, cosa que deja al adorable Torajiro ronroneando de felicidad y alegría, y por supuesto Gaku ama tener de nuevo el sonido del ronroneo como canción de cuna a la hora de dormir.
Definitivamente, estos dos pequeños nos demuestran que las amistades ven mucho más que el color de la piel, la raza o cualquier otro motivo que otras personas considerarían un impedimento para forjar una tan bonita y dulce amistad.
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