La historia de Hachiko realmente me llega al corazón. Yo no pude evitar llorar, me conmocionó mucho ver una muestra tan bonita de amor y lealtad. Todo se remonta al año 1920 cuando este perro fue adoptado por un profesor universitario de nombre Hidesamuro Ueno. Hachiko lo acompañaba a la estación de trenes todos los días, desde donde iba a su trabajo.
Mientras tanto, Hachiko permanecía en la estación esperando a su amo hasta que regresara y cuando lo veía llegar, le daba un efusivo saludo y juntos volvían a casa. Pero tres años después ocurrió una tragedia, Hidesamuro murió repentinamente en su lugar de trabajo. Así que esa mañana Hachiko estuvo esperando durante muchas horas en la estación de tren, pero su dueño no regresó.
No le bastó esperar solo un día, nunca se cansó de mantener la esperanza de que volviera su amo y así transcurrieron 10 años. Todos los transeúntes conocían a Hachiko y lo trataban con cariño. Finalmente este leal perro murió en 1935 en ese lugar, esperó a Hidesamuro hasta su último suspiro .
Es una gran historia, hay pocas fotografías pero recientemente apareció una imagen que muestra el rostro de Hachiko en aquella estación de trenes de Japón, esperando a su amigo sin saber que jamás llegaría. Esta foto fue tomada en el año 1934 cuando él ya tenía 9 años en ese lugar esperando a su amo.
Se le ve relajado, echado sobre el suelo de la estación y sus ojos lucen cansados e indiferentes al ajetreo de ese lugar. Está atento a lo que sucede del lado derecho, tal vez observa la llegada de un tren con la fe de que se baje su amo.
La fotografía fue tomada por Isamu Yamamoto, un ex empleado de banco que vivía en el barrio de Sarugakucho en Shibuya, Tokio. Cuando su familia la encontró se la envió a Takeshi Ando, quien se encargó de esculpir una estatua en homenaje a esta historia en la estación.
A pesar de que Hachiko nunca pudo ver a su dueño de nuevo, esa estatua mostró un reencuentro simbólico de estos amigos, como un testimonio del amor y lealtad que trasciende más allá de la vida. Hachiko es conocido como el perro más leal del mundo y desde los años 80 su historia se ha reconocido en varias manifestaciones culturales e incluso en la película de 2009 «Siempre a tu lado», protagonizada por Richard Gere.
Hay un hecho muy curioso sobre esta escultura. Ya había sido construida por el padre de Takeshi Ando, Teru Ando, pero fue destruida en la guerra y el escultor fue asesinado. Cuando se acabó la guerra, su hijo se encargó de volver a hacer la escultura en la que también rendiría tributo a su padre.
Es un monumento patrocinado por la Universidad de Tokio, es muy bonito conmemorar la historia de esperanza y lealtad de ellos. ¡Me parece grandioso! Siempre debemos recordar que es importante demostrar nuestro amor y gratitud como si fuera el último día.
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