Por más de 60 años, Hanako, la elefante de Inokashira Park Zoo en Tokio, Japón, vivió solo en una pequeña jaula de concreto. Su encierro no tenía ni pasto ni árboles y durante décadas no tuvo ningún acompañante.
Su triste vida salió a la luz cuando un turista, afligido por su situación, escribió un post llamando al Inokashira Park “uno de los más arcaicos y crueles zoológicos del mundo moderno”.
En esta jaula vivía Hanako.
Ulara Nakagawa, es quien lanzó esta acusación y dijo que Hanaki “está ahí parada casi sin vida, como una figurita”.
Además los videos que subieron a Internet muestra que la vieja elefante se balanceaba hacia adelante y atrás, con un comportamiento estereotipado, mimetizándose con las grises paredes atrás de ella”.
A pesar de la desaprobación internacional, el zoológico se negó a llevarla a un refugio, alegando que era feliz y estaba saludable.
En cambio, llamaron a un experto en bienestar animal, Carol Buckley, y tras su análisis, prometieron cambios en la casa de Hanako y en su rutina.
Sus patas mostraban los años de caminar por cemento.
En su jaula no había pasto, ni tierra ni árboles.
Pero fue muy tarde. Sus cuidadores la encontraron en el piso de su jaula y, a pesar de que quisieron trasladarla para ser atendida, falleció horas más tarde.
Tenía 69 años.
Los elefantes son animales sociales que construyen su vida en relación a su familia y amigos. Pero Hanako no tuvo esto en su vida.
Hanako murió sola, como vivió durante 60 años.
Nació en Tailandia en 1947 pero cuando tenía 2 años fue llevada al Ueno Zoo en Japón, para reemplazar a los elefantes que habían fallecido de hambre a causa de la Segunda Guerra Mundial.
Años después llegó a Inokashira Park, donde permaneció por 6 décadas. Privada de un hábitat adecuado y de compañía se volvió violenta. En 1956 aplastó a un hombre y más tarde a uno de sus cuidadores. En el 2011 un reporte relata que atacó a un cuidador, a un veterinario y a otra persona del staff del zoológico en los últimos 5 años.
Como consecuencia, pasó muchos años encadenada. Además no tenía dientes hace años y sufría problemas digestivos.
Pero finalmente falleció sola, como pasó la mayor parte de su vida, dentro de una jaula de cemento. Era la elefante más vieja de Japón y pocas veces pisó tierra o pasto. Tampoco tuvo compañeros.
La triste vida de Hanako finalizó, pero hay otros como ella.
La mejor forma de evitar que suceda, es trabajar para que zoológicos y circos mantengan a los elefantes en estos ambientes
Para ayudar a los elefantes rescatados por situaciones y vidas similares, puedes hacer una donación a Thailand’s Elephant Nature Park ingresando en este link.
Es una triste historia, pero puede ayudar a evitar que otros animales sufran en soledad como Hanako. ¡Comparte su historia!