Los dueños de mascotas saben a ciencia cierta que tener un perro en casa es de las bendiciones más grandes, y el caso de este perrito da fe de ello.
Joanna Mellor, una joven terapeuta de 24 años de edad, junto a su pareja Andrew Rayment, de 27 años, se habían ido a dormir como todas las noches. Ya dicen que muchas veces sabes cuándo de acuestas, pero no cuándo te levantas. Y es lo que esta joven estaba a punto de vivir sin siquiera sospecharlo.
Esa noche, que parecía ser una noche cualquiera, pudo terminar de forma trágica, porque de pronto a Joanna le comenzó a dar un paro cardíaco.
Su perro labrador color negro, llamado Leo, ladraba desesperado. Percibió que estaba sucediendo algo muy grave y seguiría haciéndolo hasta que Andrew despertara con sus ladridos. Cuando el joven finalmente reaccionó vio que su novia estaba inconsciente.
El joven marcó al 999 y resucitó a Joanna hasta que llegaron los paramédicos y la llevaron al hospital.
Gracias a la rapidez con la que sucedió todo, Joanna fue trasladada al Centro Médico Queen, en Nottingham. El viaje de camino al hospital duró apenas 15 minutos, pero para eso su corazón ya había estado paralizado durante media hora.
Los doctores le diagnosticaron Síndrome de Wolf-Parkinson-White, una enfermedad que puede llevar períodos de frecuencia cardíaca rápida (taquicardia).
Los médicos le informaron que podría haber sufrido daño cerebral severo si no hubiera contado con la valiosa intervención de su mascota y la rápida respuesta de su novio.
Los informes médicos revelaron que «clínicamente, estuvo muerta por 30 minutos», antes de que Andrew lograra resucitarla después de que colapsara.
Para todos quedó claro que sin su perro, todo habría acabado en tragedia.
“Le debo la vida a mi perro y a mi novio. Si Leo no hubiese despertado a Andrew probablemente no podría estar contando esta historia. Recuerdo haberme ido a la cama con mucho sueño y lo siguiente que recuerdo son los cuidados intensivos del hospital, con una enfermera explicándome que sufrí un paro cardíaco”, recordó Joanna, impresionada.
Afortunadamente, Joanna no quedó con ningún daño colateral. Y por supuesto que Leo se convirtió en su héroe y en su consentido, al que le debe la vida.
Por su parte, el paramédico Glenn Radford declaró:
“He estado en el trabajo durante 14 años y nunca había visto algo así. Cuando las personas sufren un paro cardíaco, a menudo se quedan con problemas neurológicos. Por lo general, no se recuperan al 100%».
Nunca nos cansamos de reconocer el noble corazón y lealtad de los perros. Fue capaz de proteger y avisar que su humana favorita estaba en peligro y gracias a él, ella está hoy con vida.
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