Su dueña graba su divertida reacción cuando comprobó que no podía mover su pelota favorita

Todos tenemos algún objeto especial del cual quisiéramos no separarnos, ya sea una prenda de vestir, un lapicero, unos aretes o lo que es más común el propio teléfono móvil. Pero para Manson hay algo más simple que se ha convertido en su fuente de felicidad: su pelota de tenis favorita.

Manson es un terrier de 10 años que vive en Saskatoon, Canadá, junto a su amorosa dueña Kimberly Brown.

Este amigo es un tierno juguetón que ama ir detrás de cualquier pelota pero tiene su favorita. Manson puede estar frente a 10 pelotas de tenis que luzcan prácticamente iguales y seguirá eligiendo la misma: su preferida.

«Él es un gran fanático de las pelotas de tenis, siempre lo ha sido. Pero por alguna razón con esta, en particular, formó una conexión especial. He intentado reemplazarla por una nueva varias veces, pero él siempre vuelve a la misma», dijo Kimberly Brown.

La rutina vespertina de este chico consiste en un paseo rápido por el área para estirar sus músculos y encender su energía, así que al salir al jardín lo primero que hará Manson es ir detrás de su pelota. Él siempre sabe dónde la escondió el día anterior.

Sin embargo, invierno ha llegado en su ciudad y con él las fuertes nevadas, algo a lo que el chico debería estar acostumbrado pero parece que esto nunca había perjudicado su bola más apreciada.

Hace unas semanas, la pelota de Manson amaneció congelada por las bajas temperaturas y esto provocó una divertida reacción en el perro.

«Tan pronto como lo dejé afuera ese día, supo de inmediato dónde había dejado la pelota. Nuestra rutina matutina casi siempre consiste en unas pocas rondas de búsqueda. Así que corrió hacia ella, trató de levantarla y no pudo«, dijo Brown. 

El fuerte Manson utilizó todas sus energías, pero nada parecía resultar, lo que causó mucha risa y ternura a su dueña que decidió registrarlo..

El inocente animal no entendía por qué su pelota no se movía e intentó de todo. Después de unos minutos, Kimberly decidió ayudarlo y le dio una mano para descongelar la pelota. En ese momento, Manson se quedó más tranquilo pero, para asegurarse de que el susto no se repitiera, decidió llevar la pelota consigo a la casa.

Ellos son una fuente inagotable de ternura. Comparte esta nota y enséñales a tus amigos el tierno vídeo de este perrito. ¿Si son así de inocentes cómo no vamos a amarlos?

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