La sensibilidad y amabilidad de algunas personas realmente nos llenan de orgullo y nos invitan a creer nuevamente en la humanidad. Una historia realmente emotiva y contagiosa de buena vibra es el sincero gesto que tuvo un profesor universitaria en Brasil, al tomar el gatito lesionado de su estudiante para que ella pudiese realizar su examen tranquila.
Hecson Segat, que enseña Patología General en la Universidad Federal de Santa María (UFSM) en Río Grande del Sur, fue más allá de su labor como docente y al ver a su alumna llegar con el animalito herido no pudo resistirse ante la emotiva escena.
El gatito había sufrido un accidente y tenía una patita en mal estado, así que la dueña no pudo dejarlo solo en casa pero su evaluación también era importante así que sin más qué hacer decidió llevarlo con ella a la universidad.
Universidad Federal de Santa María (UFSM).
En principio la chica estaba un poco nerviosa, pues sabía que la situación es poco usual y no sabía cómo lo tomaría su maestro. No quería que pensara que se trataba de una broma o que se ofendiera por la situación.
“Una estudiante me preguntó si podía dejar a su gato en el aula en la caja de transporte porque estaba herido y no podía estar solo. Terminé cediendo, pero en el transcurso de la prueba, el gatito comenzó a maullar. Para no molestar a los otros estudiantes, tomé al animal en mi regazo para calmarlo”, dijo el maestro.
El acto de este hombre habla de su calidad humana, en pleno examen decidió dejar de lado su figura de autoridad y mostrarse solidario ante la situación sin apartarse de sus deberes.
Todo esto conmovió tanto a los estudiantes así que uno de ellos logró capturar el momento, después de haber terminado su examen.
El joven tomó unas fotografías que inicialmente compartió en un grupo de la Universidad pero que finalmente llegaron a las redes sociales.
Aunque esta fue la primera vez que el maestro recibió a un animal en el aula, Hecson a menudo habla en sus clases sobre animales ya que también posee un título como médico veterinario.
«Cuando cuento mi trayectoria en clase, muchos estudiantes vienen a mí más tarde para comentar que tienen un perro o un gato», dice Hecson.
En ocasiones anteriores al día del examen, la estudiante ya había comentado al maestro sobre su gatito así que frente a la situación atípica Hecson decidió ser flexible y colaborador con su estudiante en apuro.
Comparte esta significativa historia, el gesto de este maestro debe multiplicarse. Siempre hay animales en apuros y nada nos cuesta ayudarlos, aunque tengamos los más altos cargos sociales.