Pip es un gatito surfista con un espíritu aventurero y un corazón altruista que ha enamorado en las redes sociales. Sin embargo, poco conocen la historia detrás de su carita de ángelito.
La vida de este pequeño empezó en las calles, Pip era un gatito pequeño y enfermizo que vivía de la caridad de una abuela que se encontraba de visita en Berlín un pueblito de Maryland.
Pero cuando, la anciana tuvo que marcharse a su verdadero hogar no pudo llevar consigo al animalito y su familia tampoco aceptó conservarlo.
Laura Meadows una estudiante de secundaria y amiga de la familia de la anciana supo del problema y no dejó sólo a Pip. La joven llevó al gatito a su casa pero tristemente los padres de la chica tampoco quisieron al indefenso animal.
La vida se le pintaba muy oscura para este pequeñín, nadie parecía quererlo en su hogar.
El panorama cambió gracias a Emily Meadows, hermana de Laura, y su esposo quienes se ofrecieron a llevarlo a su casa por un tiempo. La pareja ya tenía a dos felinos viviendo consigo así que su corazón no les permitía dejar a Pip a la deriva.
Sin embargo, la pareja tampoco pensó en conservarlo.
En principio, Emily pensó en llevar al animalito a la sede de una fundación que pudiese recibirlo y conseguir un hogar para él.
«Mi hermana me rogó que lo llevara y lo estábamos observando, asumiendo que lo llevaríamos a la sociedad humana. Pero después la sociedad humana estaba llena y tuvimos que mantenerlo, así fue como empezó todo», dijo Emily Meadows.
Pero tanto rechazo no podía tener otra razón que un gran motivo detrás. No pasó mucho tiempo antes de que la pareja se enamorar de Pip. Conmovidos por su situación no sólo lo llevaron a su hogar, sino que le brindaron un chequeo médico.
Los ojitos del gatito lucían muy sucios y se encontraban bastante inflamados.
Por un momentp, ellos creyeron que también era sordo pues parecía no prestar atención ni alarmarse ante los ruidos. Sin embargo, la visita al veterinario y una buena limpieza eliminó cualquier duda. El gatito sí podía oír.
En septiembre de 2018 Pip había encontrado un nuevo hogar y dos hermanitos felinos: Natty y Mowgli. Pero la verdad, la convivencia no resultaba muy sencilla.
Pip tenía mucha energía y le encantaba meterse en problemas.
Un buen día la pareja decidió tomar la correa y llevarlo de paseo para quemar un poco de energía, pues este amiguito siempre estaba causando destrozos en el hogar.
Meadows y su esposo viven en Ocean City, Maryland, así que decidieron visitar la playa.
Lo que no se imaginaron es que Pip resultaría un gran fanático del mar. A diferencia de otros gatitos a Pip le encantó el agua. Aunque también disfrutaba de hacer hoyos en la arena.
«Cogió una pequeña ola y se quedó en el tablero. Cuando la tabla llegó a la orilla, saltó y simplemente caminó por la playa como si todo fuera normal. Fue entonces cuando supimos que Pip era un gato muy especial», dijo Meadows.
¡Y vaya que Pip es especial! Resultó que el animalito se ha convertido en todo un gatito surfista y esta destreza le ha valido su fama en las redes sociales.
A pesar del poco tiempo que ha estado con su familia, el gatito también ha visitado lugares como Savannah, Georgia y la ciudad de Nueva York.
Detrás de los lujos y hermosos paisajes que podamos ver en las tiernas fotografías de este gatito influyente, la verdad es que detrás del Pip el surfista se esconde un pasado de rechazo y dolor. No obstante la vida lo llevo hacia el corazón de unas buenas personas que se encargaron de borrar todas sus tristezas darle una mejor vida.
Este amiguito es ahora un gatito feliz lleno de amor. Comparte su historia y demuéstrales a tus amigos que cualquiera de ellos puede ser ese angelito para la vida de cualquier animal que necesite ayuda.