La pandemia tomó de sorpresa al mundo entero y hay personas que se quedaron varadas en países extranjeros sin poder regresar a sus casas. Tal es el caso de una pareja británica que viajaba alrededor del mundo junto a su perrita y se ha quedado atrapada en Costa Rica.
Algunas empresas les han ofrecido viajes a los esposos Abbey y Hugh, ambos de 25 años, pero estos no incluirían a su amada perrita pug, Pebbles, quien debería quedarse en el país centroamericano. La pareja se resiste a regresar a casa sin un integrante de la familia.
El COVID-19 ha provocado el cierre de muchas fronteras y la mayoría de vuelos internacionales están suspendidos, así que al no aceptar la oferta de algunas aerolíneas estos esposos podrían pasar varios meses en Puerto Rico pero para ellos no existe posibilidad alguna de abandonar a su perrita.
¡Son una familia de 3 y nadie se quedará atrás!
La pareja está acostumbrada a viajar y desde que adoptaron a Pebles, en el 2015, han hecho al menos 28 viajes a diferentes destinos pero Puerto Rico es hasta ahora el viaje más largo para todos.
«Decidimos que queríamos viajar a largo plazo con Pebbles, así que primero hicimos una prueba en Europa, para ver cómo se las arreglaba. Cuando llegamos a casa después de nuestro viaje, a finales de octubre estaba deprimida por estar de vuelta en casa, le encantaba viajar«, contó la mujer.
Abbey y Hugh habían planificado un tour por el continente americano que duraría unos 2 años y lo iniciaron el 18 de enero, cuando tomaron un vuelo de Reino Unido a Canadá. En este país duraron 15 días antes de partir a México pero su travesía ha tenido una parada obligatoria.
Ahora la pareja y su amado perrito están varados en Puerto Rico, país al que llegaron el 12 de marzo. Días después de llegar a país suramericano, este cerró sus fronteras y suspendieron los vuelos.
Abbey envió un correo correo electrónico a la Embajada británica en Costa Rica para pedir ayuda.
La embajada ofreció a la familia un vuelo de repatriación pero se negaron a tomarlo porque no les era permitido viajar con su perrito. La pareja, de Newport, Gales del Sur, se negó a abandonar Pebbles y desde al menos mes y medio están varados en San José.
«Cuando sugirieron que dejáramos a Pebbles atrás, pensé que estaban bromeando. Nunca la abandonaríamos: es miembro de nuestra familia, es como nuestra hija. Todos estamos juntos en esto, y no iremos a casa hasta que podamos ir todos juntos», dijo Abbey.
Aunque el confinamiento los sacó de su zona de confort, los esposos están agradecidos con la persona que los hospedó pues se les ha permitido estar en el lugar durante el tiempo que les sea necesario.
“Somos afortunados de que el dueño del Airbnb en el que nos estamos quedando nos haya permitido quedarnos todo el tiempo que necesitemos y nos dio un descuento”, aseveró la dueña de Pebbles.
Aunque las playas y demás lugares turísticos estén cerrados, Abbey siente alivio por tener a Pebbles a su lado, pues se ha encargado de alegrar sus días.
Hasta el momento, esta familia de tres han visitado juntos países como México, Canadá, Grecia, Italia, Suecia, Lituania, España, Francia, Alemania, Eslovenia, Croacia, Suiza, Liechtenstein, Austria y Hungría. Ahora sólo esperan que la pandemia pase para volver a casa.
Pese a los problemas, Abbey y Hugh son un gran ejemplo de amor porque en todo momento se han resistido a dejar sola a su mascota. Ojalá que todos los animalitos del mundo tengan una familia así.