Muchas veces pensamos que la mejor apariencia física será una buena carta para conseguir lo que queremos. Pero incluso en ese mundo superficial, los animalitos más agraciados reciben las peores injusticias.
No hay nada mejor que ver la transformación de un gatito cuando finalmente consigue una familia amorosa. Molle es un tierno minino que enamora a primera vista a cualquiera y todo gracias a su esponjoso pelaje que lo hace lucir como un osito de peluche.
Molle es un gatito muy bueno y siempre se portó de maravilla. ¡Hasta le gusta que le corten las uñas!
Lamentablemente, el peludito fue adoptado por una familia en donde no recibió el trato que se merecía. La pasó tan mal que se volvió muy tímido y comenzó a desconfiar de todos los humanos que se cruzaban en su camino.
Esperó que su tierna apariencia de osito de peluche lo ayudara pero fue rechazado por todos
Cuando los animalitos tienen experiencias tan difíciles con los humanos, no resulta nada fácil ayudarlos a confiar nuevamente. Ellos son seres vivos muy puros y no comprenden por qué alguien les haría tanto daño. Finalmente, Molle regresó a una fundación.
«Era un gatito muy tímido por todo lo que había tenido que vivir», aseguraron en la fundación.
Los rescatistas estaban decididos a ayudarlo a encontrar una nueva oportunidad. Un hombre llamado Jakob Wedlund llegó al refugio y en cuanto vio a Molle tuvo el presentimiento de que se llevaría muy bien con él. Jakob ya tenía en casa a un gatito llamado Ralf y se encontraba buscándole un hermanito.
Molle fue adoptado con apenas un par de meses de vida.
Los rescatistas advirtieron a Jakob sobre el pasado de Molle. Después de una situación tan difícil, el minino podría tener problemas para acostumbrarse a su nuevo hogar. Sin embargo, no hay nada que un poco de amor no pueda curar. De alguna manera, el esponjoso gatito parecía comprender que esta vez sí lo llevarían a un lugar seguro.
“En cuanto abrimos, Molle saltó directo a mi hombro y durmió todo el camino. Se podía ver que finalmente se sentía tranquilo y seguro”, explicó Jakob.
En cuanto llegó, Molle parecía muy emocionado por explorar cada rincón de la casa pero le daba algo de miedo separarse de sus padres. Comenzó a curiosear cada rincón de la casa pero se aseguraba de no perder a sus nuevos humanos de vista.
En ocasiones, ellos tenían que alejarse, pero Molle comenzaba a maullar hasta conseguir su atención de vuelta. La primera noche no fue fácil. El tierno gatito no paraba de maullar y quería acurrucarse con los humanos toda la noche. Parecía un poco nervioso pero de alguna manera comprendía que podía confiar en sus nuevos dueños.
Finalmente llegó el momento más importante: Ralf conoció a su nuevo hermano.
“Fue amor a primera vista, al menos para Molle. Nunca se asustó con los gruñidos o siseos de Ralf. Adoraba perseguirlo por todos lados”, explicó Jakob.
Ahora, los lindos gatitos se han convertido en mejores amigos. Molle imita al gatito gris en todo lo que hace y aprovecha cada momento libre para emprender una nueva aventura.
”Molle es el más pegajoso. Le encanta seguir a Ralf a todos lados”, dijo Jakob.
Muchos especialistas recomiendan tener dos gatitos en casa en lugar de uno solo. Especialmente si se se trata de una familia que pasa la mayor parte del día fuera de casa. De esta manera, se acompañan mutuamente y logran desarrollar un importante nexo de amistad que los hará muy felices.
Molle ya tiene tres años de edad.
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No fue un camino sencillo, pero finalmente el hermoso Molle consiguió el hogar que tanto se merecía. Su historia es una muestra más de que nunca debemos dejar de luchar por los animales. Todos merecen conseguir un hogar lleno de amor.
Ojalá todos los gatitos que han recibido tratos injustos puedan conseguir un final feliz. Nunca dudes en brindarle amor, tiempo y paciencia a un peludito en apuros. Ellos siempre te lo van a agradecer.