Gran parte de los perritos rescatados son encontrados en condiciones realmente dolorosas, más de una historia de terror se esconde detrás de un perrito callejero pero ellos no tienen voz para contarnos.
Por fortuna, muchas personas no necesitan oír sus tragedias para animarse a ayudarlos y una perrita turca llamada Karma sabe muy bien a lo que nos referimos.
Karma después de su recuperación.
Cuando la peluda fue encontrada parecía un costal de huesos y su mirada lánguida reflejaba una profunda tristeza. La historia de Karma fue contada por Paws Rescue en su Facebook, pero fue realmente un amoroso voluntario quien logró sacarla de la agonía.
El joven la encontró en la ciudad de Izmir (Turquía) y decidió llevarla de inmediato a visitar el veterinario pues la perrita presentaba una diarrea sangrienta y no había recibido atención médica.
El semblante de Karma era bastante desesperanzador y el rescatista pensó lo peor.
Karma fue atendida por un profesional de Alfa Veteriner, pero todos dudaban que pudiese pasar la noche. Se encontraba desnutrida y deshidratada a causa de la diarrea, su pulso era muy débil. Sin embargo, la chica demostró de qué está hecha.
“Era casi como si se hubiera dado por vencida, y sólo estaba esperando que llegara su hora”, aseguró el voluntario de la Asociación de Proyectos para Animales Hipder.
Los médicos hacían todo por salvarla.
Al recibir suero, el ánimo de la peluda cambió de inmediato. La chica que había estado al borde de la muerte tuvo una transformación asombrosa en un par de horas y sacó a relucir su verdadera naturaleza. Un can súper amoroso y agradecido era lo que había en el interior de esa primera mirada triste.
La enfermedad no había apagado por completo el espíritu juguetón de esta perrita y ahora estaba lista para ser amada.
Karma abrazó y besó a su veterinario como agradecimiento por salvarla.
Después de unos días en observación el tratamiento hizo completamente su efecto y la peluda pudo salir de la clínica veterinaria donde la habían internado. Ahora Karma está feliz con su nueva vida, la cual comparte jugar con otros perritos.
“Ahora es feliz, saludable y hasta malcriada”, expresó Hipder sobre la actual de Karma en su nuevo hogar, lleno de amor y felicidad.
Karma juega feliz al lado de sus nuevos amigos caninos.
Aunque se trató de un caso complicado que ameritó un tratamiento costoso, nada de eso fue impedimento para renunciar a salvarla. Karma no tiró la toalla y tampoco sus rescatistas ni su médico. Sin duda este fue un completo trabajo en equipo que obtuvo los mejores resultados.
Ellos siempre están dispuestos a aferrarse a la vida pese a todo el dolor pero necesitan de nosotros para rescatarlos. Tú también puedes hacer que otros se salven ¡Comparte esta historia e invita a todos a sumarse a más rescates!