Todo comenzó cuando un oficial de policía se tomó unas merecidas vacaciones de su arduo trabajo y dejó su vehículo de patrulla en la estación de policía por varios días.
Es bien sabido que cuando las cosas dejan de usarse por un tiempo prolongado luego toman trabajo estar en óptimas condiciones; eso fue lo que pasó porque cuando el policía volvió a su servicio al cuerpo de policías de Illinois, notó que uno de los faros traseros de su auto no encendía y por eso lo llevó al taller mecánico a reparar.
El policía dejó el auto a un mecánico conocido y este inmediatamente comenzó a buscar la falla que generaba el problema de encendido del faro.
El mecánico empezó a desmontar las piezas y se dio cuenta de que uno de los cables estaba carcomido, eso hizo extrañar al mecánico y por esa razón investigó más a fondo qué había ocurrido con el cable.
Cuando el hombre terminó de desmontar las piezas quedó impresionado de lo que encontró como origen de la falla, de inmediato llamó al cliente e hizo que se dirigiera hasta el taller de reparación y viera por sí mismo lo que ocurría en su vehículo.
Cuando el policía llegó al taller dónde estaba la patrulla el mecánico lo guió hasta el auto y empezó a iluminar con la luz de una linterna el origen de la falla del faro, ambos no podían creerlo.
Al encender la luz, el policía pudo ver varios ojos diminutos en unos cuerpecillos algo extraños y rodeados de decenas de hojas y ramas.
Lo que generaba que el faro del coche no encendiera era un nido de ardillas, realmente sorprendente. Los hombres se dedicaron a desmontar la pieza con extremo cuidado para sacar a las ardillitas sin que ninguna se molestara o tuviera algún daño.
Realmente los hombres fueron muy cuidadosos porque las pequeñas ardillitas bebés ni se despertaron, también lograron sacar a cada una de las ardillitas de su nido y colocarla en una caja.
El policía pensó que lo mejor era poner esa caja en el mismo lugar dónde estaba el auto antes de llevarlo al mecánico y así la madre podría conseguir a sus bebés, cosa que afortunadamente sucedió y todos en la estación se sienten muy felices por ese reencuentro.
No es común que se presenten situaciones así y el policía siente que fue un buen regreso a su servicio poder salvar a esas ardillitas de un paradero incierto y de ayudar a la madre en encontrarlos.
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