A lo largo de los años, hemos sido testigos constantemente de hechos vejatorios que van en contra de los derechos a la salud, a la alimentación y el bienestar de nuestros queridos y nobles animales de compañía. Situaciones francamente deleznables que solo merecen todo el repudio de nuestra parte.
Sin embargo, como toda moneda tiene dos caras y existen personas malvadas que atentan contra la vida sus mascotas, también es importante resaltar la labor de todas aquellas personas que, por el contrario, se desviven por darles una segunda oportunidad una vez los rescatan.
Este caso transcurrió en el sur de Asia, donde una pequeña perrita se mantenía confinada en una vieja casa, atada con una soga que cada vez se hundía más en su delicado cuello, llorando desconsolada a la espera de que alguien buenamente se apiadara de su situación y la rescatara.
Sus ladridos eran tan lastimeros que no pasaron desapercibidos para un grupo de voluntarios que se dieron cuenta de las condiciones en las que se encontraba la perrita de apenas unos días de nacida y, de inmediato decidieron actuar en consecuencia, liberándola finalmente para proporcionarle un nuevo aire de tranquilidad a su corta vida.
“Los miembros de nuestro grupo de rescatistas escucharon los quejidos de un perro que estaba viviendo en una casa vieja durante varios días seguidos”, dijo uno de los voluntarios.
En verdad, las personas que cometieron tamaño acto de indignidad, no solo se conformaron con dejarla sola y desamparada, sino que además se aseguraron de que el animalito no pudiera escapar, amarrándola con fuerza desde el cuello a un pilar, en una acción premeditada y vil que, sin duda, merece ser castigada como el delito que representa.
Después de que el grupo de hombres y mujeres irrumpieran en la desvencijada edificación, no podían creer que un ser vivo pudiera permanecer y sobrevivir tanto tiempo en un lugar así, y no fue sino hasta que escucharon los ladridos que bajaron al sótano de la casa y encontraron a la peluda cachorrita maniatada y llorando, incapaz de moverse.
Había sido sujetada con tanta fuerza y brutalidad, que la soga ya comenzaba a incrustarse en su piel, causándole heridas cutáneas, dejándola en carne viva, lo que le producía a la pobre un dolor indescriptible.
“La cuerda que cruzaron en su cuello había sido atada con tanta fuerza que llegó a dejarle la piel en carne viva y por eso la perrita estaba tan desesperada y muy adolorida”, añadió uno de los rescatistas.
De inmediato, el animalito fue trasladado a un centro veterinario donde se le brindaron los primeros auxilios con prontitud, curaron sus heridas abiertas y la alimentaron adecuadamente hasta que comenzó a recuperar su peso normal y a crecer sana.
Hoy en día, la cachorrita se encuentra completamente fuera de peligro y recuperada. Incluso obtuvo un certificado de buena salud que la acredita para ser adoptada y llenar a un hogar de esa misma felicidad que hoy ella siente al verse libre.
Esta pequeña ahora espera ser adoptada
En cuanto a los seres de corazón de piedra que cometieron este atropello contra un pobre animal indefenso, hasta el momento se desconoce su paradero o identidad, pero las investigaciones continúan, ya que, casos como este no deberían suceder y, de hacerlo, no deben quedar impunes bajo ningún concepto.
Comparte esta historia con tus seres queridos porque, definitivamente, este tipo de acciones en contra de los animales no deben ser toleradas.