Una mujer se encontraba caminando por las calles de Virginia, Estados Unidos, cuando vio a lo lejos a un indefenso «perrito» en muy mal estado.
Sin dudarlo, se acercó para brindarle toda la ayuda que estuviera a su alcance, pero cuando tuvo de frente al animal, notó que no se trataba de un perrito sino de un oso que se encontraba en pésimas condiciones, era evidente que apenas tenía fuerzas para caminar.
Mujer ve a un perrito en muy mal estado caminando por el vecindario pero descubre que se trataba de un oso.
Evidentemente la mujer, quien no quise revelar su identidad, no podía brindarle primeros auxilios ella misma, aunque el oso estuviera en muy mal estado y casi sin aliento, no dejaba de ser un animal salvaje, así que debía actuar con mucha prudencia.
No quería abandonarlo y dejar que el destino se hiciera cargo de él, así que decidió contactar al Departamento de Recursos de Vida Silvestre de Virginia, para que fueran a socorrer el oso moribundo.
Se trataba de un oso cachorro.
Afortunadamente, el grupo de rescate no tardó en llegar, desde el primer avistamiento lograron identificar que se trataba de un oso cachorro con una enfermedad bastante complicada de tratar.
Le explicaron a la mujer que lamentablemente no era el único ejemplar que se encontraba en esta situación, al tratarse de una condición muy contagiosa, muchos otros osos estaban padeciendo lo mismo.
Aquel pequeño osito estaba padeciendo de sarna, su cuerpo estaba cubierto de grandes llagas y tenía alopecia en algunas partes de su piel.
Según lo informado por The Washington Post, esto es causado por ácaros que toman mayor fuerza en ciertas épocas del año afectando a cientos de osos negros que viven en libertad.
Lamentablemente, con frecuencia son capturadas imágenes de ejemplares que presentan claros síntomas de estar afectados por la sarna, una enfermedad que afecta la piel con la caída del pelo, pero evidentemente debe tener mayores repercusiones sobre la ecología y especialmente sobre el comportamiento de los ejemplares que la padecen.
Si bien no se tiene certeza de cómo comenzó todo, diversos especialistas coinciden en que es una situación bastante grave. La bióloga Katie Martin comentó al respecto:
“Combatir la enfermedad es muy difícil porque es difícil aislar a los individuos enfermos unos de otros. No hay planes para un tratamiento a gran escala, pero estamos realizando una iniciativa de investigación para examinar las tasas de movimiento de los osos infectados”.
Lamentablemente, hay una alarma por posible aumento de sarna en la fauna silvestre, la intensa picazón, la piel irritada que culmina con heridas y costras, y la alopecia, son algunos de los síntomas que produce el microscópico ácaro Sarcoptes scabiei, el responsable de la sarna sarcóptica.
Aunque estemos familiarizados con casos en animales domésticos, la fauna silvestre no se ha liberado de este parásito, afectándolos de forma dramática con un desbalance fisiológico que puede ocasionar la muerte de los individuos.
Zorro con problemas de sarna.
Son muchos los investigadores que se suman para intentar dar solución a una problemática que sin duda, nos afecta a todos como sociedad.
El investigador Diego Montecino-Latorre realizó un estudio en colaboración entre la Universidad de Chile, el One Health Institute de la Universidad de California en Davis, al respecto destacó:
“El siguiente paso es ver si la sarna tiene algún impacto sobre la conservación. El impacto sobre el bienestar de los individuos definitivamente lo tiene. Es una enfermedad bastante lamentable, sufren mucho, les duele todo, les pica, tienen infecciones y fiebre, se mueren en tres meses de inanición. Ahora desde el punto de vista de la diversidad, hay que ver si se controla sola, si se mantiene, tiene impactos, o va a quedar en algún nivel permanente durante el tiempo. Para hacer todo eso necesitamos instalar un sistema real para hacer un mejor seguimiento de estos animales”.
En sentido, hay una fuerte alarma sobre la condición que parecen muchos ejemplares en la vida silvestre, si bien hay muchas dificultades prácticas y logísticas que implica el trabajo en terreno, como la captura de ejemplares salvajes, la toma de muestras y su posterior análisis, no debemos subestimar una realidad cada vez más latente en nuestra fauna.
Deseamos que todos los entes competentes acudan a este llamo y planteen una solución para erradicar con una plaga que cada vez afecta a más animalitos indefensos.