Aunque lo niegues y te intentes convencer de que eres tú quien impone las reglas en tu casa, en el fondo sabes que tu perro es el auténtico rey. Si aún no estás convencido de que tu can es el mimado de la familia, sigue leyendo y entenderás por qué.
En el hogar de Sara Morrow, ubicado en la zona rural de Oregon, Estados unidos, Murphy es el amo y señor del lugar. Además, es el mentor encargado de velar por 5 temerarios gatos, 21 emplumados, 2 robustos puerquitos y Dellilah, un conejo orejón. Él es el jefe, y se asegura de que todos vivan en sana paz y armonía.
«A Murphy le encanta perseguir a los pájaros, le encanta nadar, le encantan los pollos, acurrucarse con nuestro gato Toodles e ir de excursión. Él y nuestro conejo, Delilah, se aman tanto que cada uno cavó un agujero a cada lado de la cerca para estar cerca. Es un gigante gentil muy amoroso», dijo Morrow.
Pero, como ningún reinado es para siempre, cuando Morrow trajo a casa a un perrito de raza setter inglés llamado Archie, sus travesuras le hicieron un poco más difícil el trabajo a Murphy como centinela. Sin embargo, se trata de un animal tan noble que, a pesar de las locuras del cachorro, lo ama como si fuera su hijo.
«Murphy y Archie se llevaron bien de inmediato. Archie lo sigue a todos lados y Murphy toca el monitor de pasillo. Si Archie está jugando demasiado rudo con alguno de los gatos, Murphy se interpone en el medio», añadió Sara Morrow.
De vez en cuando, Murphy, de raza golden retriever, tiene que impartir justicia cuando Archie se pasa siete pueblos de la raya. Y es que, su hermano es energía pura, no se cansa de jugar, de hacer diabluras y salirse completamente de control.
Antes, para mantenerlo calmado, Murphy utilizaba su suave hocico, donde introducía la cabeza de su mejor amigo y hermano perruno. Era una escena bastante habitual, así que cuando lo hacía, Morrow ni se inmutaba. Tan solo se limitaba a sonreír divertida de verlos, tal y como ella misma recuerda.
«Murphy es muy amable con todos los animales que tenemos. Nunca ha sido agresivo con alguno. Al contrario, es sumamente protector con ellos. En el caso de Archie, pues, obviamente siempre quiere salirse con la suya”, finalizó Morrow.
Sin embargo, aquella vieja práctica de la cabeza en el hocico dejó de funcionar y fue desechada por Murphy, en vista de que su hermano menor ya ha crecido una barbaridad. Aunque, ello no le impide mantener vigilado a Archie, siempre alerta para sacarlo de los embrollos que arma.
Comparte esta divertida historia de nobleza y fraternidad canina con todos. Como puedes ver, el mundo está dominado por nuestros mejores amigos peludos, y nosotros simplemente compartimos un hogar con ellos. Para confirmarlo, te trajimos el caso de Murphy y su querido y alocado Archie.