Los perros y gatos son considerados animales de compañía y la verdad es que cumplen bastante bien esa misión. Te dan amor, están contigo en tus momentos más especiales y no esperan mucho a cambio, salvo tus atenciones y tu afecto…
Siendo así, no entendemos cómo algunas personas adoptan a un perro para confinarlo en una jaula a la intemperie o atarlo en el patio, impidiéndole moverse libremente y tener una vida normal.
Mingo estaba a merced del sol, el frío y la humedad en este confinamiento
Mingo es una perrita que no ha conocido otra cosa en la vida y no sabes cuánto nos duele saber que hay mascotas que no saben lo que es un abrazo o una caricia de sus amos.
Esta perrita es una Golden Retriever que tenía como único lugar en el mundo una jaula de pocos metros en el patio y una caseta de madera torcida y diminuta para protegerse del calor o la humedad.
Con mucha perseverancia, una persona logró cambiar la vida de Mingo y este video nos demuestra su lucha
Mingo vivió en semejantes condiciones por lo menos unos siete años. Siempre estuvo aislada de sus amos. No podía hacer ejercicio, no tenía nada que hacer y no tenía compañía de ningún tipo y estaba severamente deprimida.
¿Te imaginas cómo la puede haber pasado durante el invierno, por ejemplo? Imagínate que el calor del verano la sofocaba de tal forma viviendo en ese confinamiento, que la pobre Mingo abrió un hoyo en la tierra para refrescarse, porque por si fuese poco, no le daban agua fresca con frecuencia.
A pesar de todo su sufrimiento, Mingo tuvo suerte. Un trabajador de campo de PETA supo de su condición y comenzó a visitarla a diario, muchas veces suministrándole el agua que sus amos olvidaban darle y muy especialmente, todo el amor que no había recibido en su vida.
El trabajador de campo de PETA suplicó a los propietarios que la llevaran al interior de la casa y le ofrecieran una vida más digna.
¡Aún estaba a tiempo de conocer otro tipo de existencia!
Incluso informó a las autoridades sobre sus condiciones de vida, pero fue ignorado. Después de años de rechazar la oferta que les hacía el voluntario de ayudar a Mingo, ¡sus dueños la abandonaron!
¡Mingo ahora estaba libre y fue adoptada por el mismo trabajador de campo que la visitaba constantemente y nunca se rindió con ella! La anciana está amando su nueva vida con su nuevo amigo con el que puede pasear y dormir la siesta. Después de años de negligencia y abuso, ella está en casa.
Ahora Mingo sabe lo que es un lugar cálido y cómodo dónde dormir
Nunca es demasiado tarde para ser feliz y esta historia lo demuestra, así que es una razón más que buena para compartirla, ¿no lo crees?