Un perrito que vagaba sin rumbo por las calles de una isla ha roto el corazón de la comunidad entera después de que llevase consigo el símbolo de la pesadilla que había vivido.
Como una marca de nacimiento, el can encontrado en Curazao tenía una cuerda completamente incrustada en su cuello.
El pobre no sólo vivía una tortura al estar solito en la calle aguantando las altas temperaturas de la isla, sino que la cuerda era una completa molestia en su cuello.
El perrito había sido visto vagando por unos lugareños mientras buscaba un poco de agua y alimento, así que estos decidieron saciar su hambre pero no pudieron hacer mucho más por él. Aunque un grupo de vecinos quiso rescatarlo, la criatura no dejaba que nadie se le acercara.
El animalito estaba realmente temeroso ante la presencia de las personas.
Su semblante era bastante triste pues además de la soga su piel tenía señales de evidentes de lesiones a causa de una sarna severa. Por fortuna, una mujer decidió llamar al grupo de rescatistas local Paws Curazao, quienes sí supieron cómo ganarse la confianza del animal.
«Sabíamos que teníamos que actuar rápido ya que él era débil, muy vacilante pero no se apegaba a un sólo lugar», dijo Violeta Draseikaitė.
El perrito estuvo expuesto a negligencia severa. Los rescatistas argumentan que la práctica de sujetar a las mascotas con sogas es muy común en la isla, así que advierten a los dueños sobre su peligro.
La cuerda estaba literalmente encarnada a su cuello y al retirarla le dejó una dolorosa lesión.
En el caso de Boef, como decidieron llamar al perrito rescatado, no saben muy bien si pertenecía a alguien en el lugar y el perro se escapó o tenía años vagando por las calles. Lo que sí era evidente es que el pequeño había pasado mucha necesidad.
“Los propietarios no se dan cuenta del daño que puede causar, o simplemente no les importa. Quitar la cuerda se sintió como un nuevo comienzo para Boef y después de un par de días, ya vimos a un perro diferente” comentó Violeta.
Así lucía su cuello, después de retirar la soga.
Este pequeño recibió atención médica una vez fue rescatado y el cuidado necesario para lograr mejoría, no sólo por sus lesiones físicas sino sus heridas emocionales. A pesar de esto, su condición era bastante favorecedora.
Con el rescate Boef encontró una oportunidad para cambiar de vida.
Boef ha logrado recuperarse y ahora luce mucho más feliz. Una de las personas de la comunidad en la cual fue rescatado decidió llevarlo consigo a casa, así que este pequeño no tendrá que regresar más nunca a las calles y mucho menos pensar en la agonía de una cuerda alrededor de su cuello.
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