A raíz de la pandemia por coronavirus, muchas personas han recurrido a los fieles animales para entregar alimentos y medicamentos de primera necesidad de casa en casa, para evitar el contacto entre personas.
No obstante, recientemente ha salido a la luz que un anciano perrito está siendo utilizado por un negocio para entregar bebidas alcohólicas a domicilio, desatando la ira de miles de internautas.
En Maryland, Estados Unidos, los amantes de los animales no han dejado de mostrar su malestar al enterarse de que una empresa de vinos, llamada Stone House Urban Winery, de Hagerstown, ha introducido a un inocente perrito a su equipo de entrega a domicilio.
Su nombre es Soda Pup, un perrito boxer atigrado de 35 kilos que ha sido “adiestrado” para poder realizar entregas de bebidas alcohólicas a domicilio, utilizando un chaleco y demás bolsos sobre su cuerpo donde poder llevar los productos.
Lori Yata, la copropietaria de la empresa, tuvo la gran idea de utilizar al perrito como trabajador, pero nunca esperó que su ocurrencia funcionara para atraer más clientes a su negocio.
“Hemos hecho que la gente llame específicamente para que Soda Pup les lleve vino. No estaba segura de que funcionaria al principio”, dijo Lori Yata.
Los perros son mucho más que un instrumento de ventas. El perrito tiene 11 años y no es nada justo que pase su vejez teniendo que trabajar en medio de la peor crisis de salud que ha enfrentado la humanidad.
“¿Por qué está trabajando en lugar de sus humanos? Seguramente extraña poder tomar una siesta. Su rostro lo dice todo, no es feliz”, comentó un internauta.
El semblante de Soda Pup es poco amistoso, demuestra que está conteniendo mucha ira en su interior, probablemente porque no está a gusto con lo que es obligado a realizar. Él debería estar dentro de casa, a salvo, y no trabajando bajo condiciones inciertas.
Para defenderse de las criticas, los propietarios de la empresa aseguran que el perrito no trabaja solo, sino que es acompañado por una especie de “patrulla de perros” que ellos mismos habilitaron con otros miembros del equipo para asegurarse de que los clientes estén felices con su entrega y, además, no den alimentos inapropiados al canino.
Su tristeza es evidente
“Vamos a buscar el lado positivo de esto, cerrar la tienda nos permite hacer cosas que normalmente no podemos hacer, estamos haciendo toneladas de vino”, afirma Yata.
Asimismo, debido a que el perrito solo puede entregar dos botellas de vino al mismo tiempo, tiene que salir a las calles en repetidas ocasiones, hasta terminar su pesada jornada de trabajo, lo que significa que está expuesto al virus durante mucho tiempo.
Merece una vida digna
Es completamente injusto que empresarios ambiciosos se lucren con animales, haciendo pasar estas injusticias como algo divertido o tierno, ningún animal está capacitado para trabajar ¡eso solo consigue acabar con su espíritu y felicidad! ¡Detengamos esto!
Dejemos de fomentar acciones tan lamentables como esta y, en lugar de ello, exijamos justicia para que todos los animales puedan tener una vida digna. ¡No te vayas sin compartir!