Tras meses de separación, una sargento se reunió con la perrita que rescató durante su servicio en el extranjero, y sus lágrimas no pudieron contenerse en ese emotivo reencuentro.
Esta tierna historia de amistad y perseverancia ha conmovido al mundo, y todo gracias a la intervención de una organización sin fines de lucro que decidió ayudar.
Esta perrita encontró el amor que tanto merecía en los brazos de una militar.
Se trata de la sargento de 29 años, Charity Webb, quien pertenece al ejército de los Estados Unidos. Esta joven tímida y comprometida con la seguridad nacional, estaba cumpliendo servicio en Europa del Este cuando se topó con una tierna perrita.
Charity estaba en la cocina la primera vez que vio a al cachorra perdida que buscaba comida, esa escena la enterneció al extremo y no pudo caer rendida ante la belleza del animal.
Esa mirada triste la conmovió.
Se trataba de una mestiza que había nacido en la base militar junto a otros peluditos, pero entre la camada ella tenía algo especial. La perrita resultó tan tímida como la sargento pero esta mujer supo cómo ganársela.
“Solo tomó semanas tratar de socializarla más y alimentarla y mostrarle que está bien estar cerca de estas personas grandes. Era tan pequeña, acababa de nacer, así que no estaba acostumbrado a todo eso”, dijo Webb.
La sargento se convirtió en la única persona confiable para la cachorra. Si alguien más quería cargarla o tocarla la perrita comenzaba a llorar histéricamente y salía huyendo. Solo Webb sabía cómo tranquilizarla.
La mujer decidió llamar a la perrita PupPup y la adoptó como suya para evitar que fuese sacrificada. Según relato, debido a que en los alrededores de la base hay muchos perros sin hogar control animal suele recogerlos y en muchas ocasiones son sacrificados.
Antes de que eso ocurriese, Webb se convirtió en la responsable de la peluda.
En poco tiempo este par de amigas forjaron un gran vínculo y la perrita le ayudó a la sargento a superar su ansiedad por el trabajo y la distancia familiar.
“Extrañas a tu familia, te estás perdiendo la Navidad, el Día de Acción de Gracias, todo eso, así que fue bueno que ella ocupara mi tiempo y mi mente y no pensara en mi tiempo libre y esas cosas, así que realmente me ayudó con eso”, dijo Webb.
Pasado unos meses la mujer se enteró que su despliegue pronto llegaría al final y sería momento de volver a su casa, pero PupPup no podría viajar con ella. Sin la sargento el futuro de la perrita era desalentador y Webb no quería eso para su pequeña; sin embargo, uno de sus compañeros le mostró la solución.
Se trataba de la organización sin fines de lucro con sede en Long Island: Paws of War. Esta se encarga de reunir a los soldados con las mascotas que hayan adoptado durante sus misiones y en ese caso PupPup y Webb eran el caso ideal para los voluntarios.
Son decenas de reencuentros los que esta organización ha hecho posible.
Aunque la organización podía ayudarlas con todo el trámite había un gran impedimento, el rescate y traslado tenía un costo promedio de $ 7.000 y ellos no podían cubrirlo. La cuarentena había agregado trabas adicionales al traslado de animales y los trámites resultaban aún más costosos que en el pasado.
Fue en ese momento que un post en redes sociales hizo viral este caso. La gente se conmovió al conocer la historia y decidieron colaborar para evitar que la perrita quedara a la deriva y con la amenaza de ser sacrificada en su país.
Tras meses de incertidumbre, la sargento logró abrazar de nuevo a PupPup. La peluda había dejado de ser una cachorra pero aún recordaba el calor de esa mujer que la había cuidado cuando estaba pequeña.
Ese emotivo reencuentro tuvo lugar en la casa de la soldado, cerca de Fort Campbell en Kentucky.
La mujer no contuvo las lágrimas e incluso se uniformó para facilitar que PupPup la recordará.
“No sabía si me recordaría, pero una vez que me rodeó y entró en la casa y esas cosas, era una perra completamente tranquila, como cuando era una cachorra”, dijo Webb.
Todo quedó registrado en un enternecedor vídeo.
Las personas que luchan por estar al lado de seres tan nobles como los perritos tienen un corazón de oro pero no solo ellos, sino los voluntarios y donantes que hacen posibles este tipo de reencuentros.
Por eso la sargento no perdió la oportunidad de dirigirse a quienes la ayudaron: “A los donantes que hicieron que esto sucediera, solo quiero agradecerles porque sin ellos muchos animales a los que la gente se ha apegado serían sacrificados”.
Ahora PupPup está al lado de la mujer que ha jurado hacerlo feliz para toda la vida y a nosotros nos complace saber lo bien que terminó esta historia y ¿a ti?