El elefante Kaavan, fue privado de libertad durante 35 años en el zoológico de Marghazar, ubicado en la capital paquistaní en Islamabad. La difícil situación del elefante llamó la atención de los activistas que luchan por los derechos de los animales.
Durante su estadía en el zoológico fue víctima de tratos injustos, por mucho tiempo intentó sobrevivir en condiciones que para nada aseguran su bienestar.
El elefante llegó a Pakistán en 1985.
La organización mundial de bienestar animal Four Paws tomó su casó y luchó hasta lograr liberarlo, antes de ser reubicado era necesario realizarle una serie de exámenes que pudieran determinar que estaba lo suficientemente bien para soportar el traslado.
El equipo de Four Paws conformado por veterinarios y expertos en vida silvestre fueron quienes estuvieron al frente de todos los exámenes médicos. El Dr. Amir Khalil, veterinario del grupo de rescate comentó:
“Debido a la desnutrición y la falta de ejercicio físico, Kaavan muestra signos visibles de obesidad. Además, sus uñas están agrietadas y deformadas, lo que se puede atribuir al piso y la estructura inadecuada del recinto. Para resolver este problema, debe pasar un por un programa de cuidado de sus patas, a largo plazo, que no se debe realizar en el zoológico de Marghazar”.
Este noble elefante pasó gran parte de su vida en aislamiento. Después de que su pareja Saheli muriera en el 2012, ha pasado toda su vida solo sucumbido en un aletargado acondicionamiento. Su conducta hizo que lo apodaran como “el elefante más solitario del mundo”.
Recibió un largo tratamiento pero finalmente sus heridas han sanado por completo.
Los veterinarios aseguran que la falta de contacto con otros de su especie, y el ejercicio físico y conductual han provocado que este elefante tenga un comportamiento estereotipado.
“Ha desarrollado un comportamiento estereotipado en el que mueve la cabeza y el tronco de un lado a otro durante horas. En general, los resultados de sus análisis de sangre son buenos y su estado de salud le permite ser reubicado”.
Gracias al increíble trabajo de activistas y grupos de rescate, la vida de este elefante y muchos otros animales que se encontraban en el zoológico, cambió para siempre.
Kaavan fue trasladado a Cambodia Wildlife Sanctuary, donde poco a poco se fue adaptando a su nuevo hábitat.
Por muchos años luchó por su vida combatiendo el silencio y la soledad.
Ya han pasado varios meses des de su recate, y este hermoso elefante ya tiene mucha confianza, las heridas de sus patas han sanado, así que ahora disfruta explorar su gran y nuevo recinto.
A través de las redes Four Paws ha compartido los cambios positivos que ha pasado el valiente elefante. En la publicación se lee:
“¡Los días solitarios han terminado! Después de largos años Kaavan finalmente puede interactuar con otros elefantes una vez más. En su nuevo y para siempre hogar en Camboya, está conociendo lentamente a los otros gigantes en el recinto. Por supuesto, todavía necesita tiempo para adaptarse completamente a su nuevo entorno, y solo podemos imaginar lo abrumador que debe ser este tiempo para él. Pero tenemos esperanza y ya estamos viendo los cambios positivos en él”.
Afortunadamente, las autoridades tomaron medidas legales y el Tribunal Superior de Islamabad decidió cerrar el zoológico de Marghazar.
Si bien algunos animalitos no lograron sobrevivir debido a las malas condiciones en que se encontraban, muchos otros fueron reubicados a santuarios y hoy día disfrutan de una vida sana y feliz.
La historia de este elefante se ha convertido en uno de los principales motivos de lucha para los activistas.
El elefante triste y solitario quedó en el pasado, hoy día Kaavan explora libremente los espacios de su nuevo hogar. Four Paws destacó al respecto:
“Nuestros corazones se derriten mientras vemos a Kaavan siendo feliz, tranquilo y finalmente haciendo lo que los elefantes deberían estar haciendo. Él disfruta, por fin, la vida apropiada y pacífica que se merece, y no podríamos estar más felices por él”.
Su liberación e increíble transformación es un regalo para todos los amantes de los animales. Infinitas gracias a quienes sin descanso, trabajan para hacer esto posible.
La vida de un animalito vulnerable no cambiará sola, necesita de cada uno de nosotros para hacer de algo posible la más hermosa realidad. Juntos podemos lograr el cambio que queremos ver.