En el medio artístico es bien sabido que un buen actor es aquel capaz de interpretar de tal modo cada papel que los espectadores sientan la escena como si fuera parte de la vida real.
El sentido camaleónico de un artista es aplaudido por muchos pero hay ciertos parámetros que algunos no están dispuestos a cruzar, especialmente cuando van contra sus propios principios.
Esto lo ha dejado claro Joaquin Phoenix, a quien no se le compra la consciencia ni con todo el dinero del mundo.
Este actor estadounidense reconocido por su papel del Joker podrá ser un villano en la ficción pero jamás en la vida real. Phoenix ha rechazado numerosos contratos para grabaciones en las que a su parecer se promoviera el maltrato animal.
A sus 46 años es un vegano y animalista reconocido, Phoenix ha colaborado en diferentes campañas por los derechos de los animales y es un voluntario activo de la organización PETA.
Su talento es tan grande como su corazón.
En su biografía, “He’s Still Here”, el actor narra diferentes episodios incómodos que ha tenido que atravesar durante su carrera con tal de no comprometer sus principio.
Incluso, relata cómo en una ocasión tuvo un altercado con un conocido director por negarse a participar en una escena en la que consideraba se estaban violando los derechos de un animal.
Si algo va contra sus principios Phoenix no lo hace.
Durante un rodaje con el director David Dobkin, Joaquin se rehusó a colocar un pez en un gancho de pesca, porque eso iría contra sus principios.
Quizás para algunos esa escena parecería minúscula y sin importancia “¿qué más da? Es un simple pez”, pero Phoenix piensa completamente diferente y gracias a esa postura se ha ganado la admiración de sus seguidores.
Sus mascotas son sus mejores amigos.
Diversas figuras públicas se reconocen como defensores de la vida animal pero a puerta cerrada o por cuestiones de trabajo terminan cometiendo actos que dejan entredicho su compromiso con la causa.
Pero esto no tiene nada que ver con este estadounidense.
Galardonado por su interpretación en El Gladiador, Phoenix parece a estar dispuesto a todo en su carrera menos a interpretar a seres por los que él mismo no siente respeto.
Ante esa postura no es una sorpresa la revelación que hizo en su autobiografía, al relatar cómo había dejado de lado una importante propuesta de trabajo en la que debía hacer de torero.
«De torero jamás».
El sufrimiento que hay detrás de la tauromaquia no es un secreto ni siquiera para aquellos que la abanderan como una práctica cultural. Por eso no es de extrañar que Phoenix rechazara el papel pero sí la respuesta que dio al director.
“Jamás estaría interesado en interpretar a un torero a menos que al final el toro ganara y me matara”, comentó Joaquín Phoenix.
Para quienes creemos en un mundo donde todos tenemos el mismo derecho a existir la defensa de la vida animal es una prioridad, por esa razón nos alegra ver figuras públicas como este gran actor.
Ni el dinero ni la fama han logrado corromper sus valores y Joaquin Phoenix sigue comprometido con la lucha a favor de la defensa animal.
Aquel que persigue sus ideales es un hombre libre, comparte esta nota y envíale tu reconocimiento a este ejemplar artista y ser humano.