Jens Cullmann, un fotógrafo apasionado de la vida silvestre de Nuremberg, Alemania, pasa de seis a ocho meses al año viajando y capturando imágenes de animales, pero jamás imaginó que sería testigo de un divertido “ritual” entre una mamá elefante y su pequeño bebé en el que hay mucho excremento de por medio.
El aventurero fotógrafo conducía su vehículo por el Parque Nacional Mana Pools, en Zimbabwe, cuando vio a un hermoso bebé elefante. No pudo resistirse, detuvo su auto y caminó hacia el pequeño y su madre para observar su comportamiento.
Se encontraban comiendo y, posteriormente, ambos siguieron su camino. La mamá caminaba al frente y el pequeño detrás, entre sus colosales piernas. Fue entonces que comenzó un extraño ritual de “unión” entre la familia: la elefanta defecó sobre su bebé.
Tiene un significado profundo
Fue un gran trozo de estiércol el que cayó sobre la cabeza del elefantito, propinándole un duro golpe en su cabecita. Pero al pequeño pareció no disgustarle la extraña muestra de amor de su madre.
El ritual se repitió un par de veces más y Jens pudo capturar las sorprendentes imágenes del momento que nadie podría creer si no existieran pruebas.
¡Pobre cabecita!
“Creo que la madre sabía lo que estaba haciendo porque lo hizo varias veces. El bebé recibió varias bolas de popó y no se retiró de ese lugar. El excremento golpeaba su cabeza”, señaló el fotógrafo.
La sesión de fotografías que el hombre logró capturar son por demás increíbles, incluso en algún momento el elefantito volteó a verlo y después ambos mamíferos prosiguieron su camino. Pero detrás del momento se encontraba una triste realidad.
“En Mana Pools, este año fue muy seco y muchos animales la pasaron mal. La madre estaba muy delgada. Muchos elefantes y sus bebés murieron a causa de la sequía”, comentó el hombre.
El elefantito y su madre habían logrado sobrevivir a la cruenta sequía y posiblemente pasaron todo el día buscando algo de lo cual poderse alimentar, incluso el extraño ritual de excremento parece tener un significado más profundo.
“Lo que he escuchado es que cuando el bebé es excretado, ayuda a estimular su sistema inmunológico y también es una especie de vínculo con la madre”, dijo Jens.
Afortunadamente, la temporada de sequía ha llegado a su fin y, ahora, este hermoso par de elefantes podrán tener una vida más llevadera, rodeados del alimento que les da la naturaleza y regalándonos un momento único.
“Tengo que admitir que las fotos fueron emocionantes para mí. Mis amigos y familiares piensan que son divertidas, todos quedaron asombrados”, afirmó el hombre.
Sin duda, la naturaleza nunca deja de sorprendernos con sus sucesos, habitantes, y comportamientos increíbles.
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