Desde hace varios años las autoridades de Australia han intentado lidiar con el exceso de población de gatitos ferales que hay a lo largo de todo el país.
Estos animales no son endémicos de estas tierras pero llegaron a partir de 1788 con los primeros conquistadores ingleses que desembarcaron en las costas de Sídney.
Con el paso del tiempo, los mininos se reprodujeron de tal forma que ahora son considerando por muchos como una plaga que deja en riesgo la vida de otras especies.
En el país de los canguros y koalas, los gatos no son los más populares. Las autoridades recomiendan que absolutamente todos sean castrados y posean un microchip para poder rastrearlos apropiadamente.
Sin embargo, las estadísticas indican claramente que los gatitos se han salido de control. Actualmente, se calcula que hay más de 20 millones de gatos ferales y son señalados como los culpables por la muerte diaria de un millón de reptiles.
También se comportan como talentosos cazadores capaces de acabar con aves y pequeños mamíferos.
“Lo comen todo y están en todos lados. Son impresionantes pero devastadores”, dijo Rowena Hamer, una experta en el área.
En el 2015, el gobierno inició una campaña para promover la caza de gatitos. Para esto utilizaron salchichas envenenadas e instalaron una serie de vallas para mantenerlos en espacios limitados.
Los expertos han estudiado el impacto de los gatitos al compararlos con otros depredadores endémicos como el quol tigre. Todo apunta a que si población de felinos sigue creciendo sin control alguno, varias especies endémicas de Australia podrían desaparecer por completo.
“Son invasores externos que acabarán con las especies naturales del lugar”, dijo Rowena Hamer.
Tras los últimos estudios, las autoridades aseguraron que continuarán tomando medidas para exterminar a estos animales. Muchos defensores y rescatistas se encuentran indignados con las soluciones propuestas por los expertos.
Envenenar y promover la caza resulta realmente doloroso especialmente cuando podrían dedicar todo ese tiempo y fondos a realizar cirugías de castración y esterilización.
“Los depredadores nativos de Australia hacen un esfuerzo por evadir a los gatos”, aseguró la profesora Sarah Legge.
Hay muchas fundaciones y santuarios dedicados a brindar a los gatitos ferales una segunda oportunidad. Sin embargo, si el gobierno continúa afianzando estas medidas, el futuro no luce nada bien para estos animales.
¿Qué opinas de esta delicada situación en Australia? Cuéntanos tu opinión y no dudes en compartir esta nota para crear conciencia sobre este grave problema.