Las devastadoras llamas producidas por los incendios forestales muchas veces parecen no tener control. Tal como los que azotaron a la isla española de Gran Canarias en el verano de 2019, haciendo que lo complicado del terreno dificulte aún más las tareas de control y extinción.
El excesivo calor, el fuerte viento y la escasa humedad fueron factores que se sumaron, dejando como saldo un total de 10.000 hectáreas afectadas y más de 9.000 vecinos, que en medio del dolor, se vieron obligados a desalojar sus viviendas.
Ciertamente, son momentos de angustia. Algunos más sensibles y conscientes de lo que más aman, trataron de escapar con sus pertenencias más valiosas, entre las que se cuentan los animales. Pero tristemente, otros escaparon sin mirar atrás y dejaron a su suerte a sus amigos de 4 patas, como si de objetos y seres no sintientes se tratara.
Aunque el incendio sucedió hace algún tiempo, muchos recuerdan con especial emoción lo que sucedió con el «último vecino» rezagado
En esas duras escenas tratando de mitigar el fuego, dos héroes del SEPRONA (Servicio de Protección a la Naturaleza) de la Guardia Civil, de la Comandancia de Las Palmas, protagonizaron un verdadero acto de amor genuino y desinteresado que conmovió hasta las lágrimas en el mundo entero.
Los hechos sucedieron cuando los efectivos realizaban una inspección en Cruz de Tejeda, para comprobar que no quedaba nadie sin evacuar. Efectivamente, no quedaba vida humana alguna, pero sí faltaba alguien que valía la pena rescatar: un perrito exhausto, desorientado y deshidratado.
«No podía levantarse, ni tenía fuerzas para huir…», relataron el suceso en las redes.
“No estaba completa la evacuación: faltaba él”, escribió un periodista junto al video de los héroes de la Guardia Civil que ha devuelto la esperanza en la humanidad.
Y así fue como encontraron al «último vecino» rezagado del incendio y los efectivos no dudaron en acercarse delicadamente para darle de beber de sus propias manos.
Una enternecedora imagen que fue una luz de esperanza en medio de la tragedia.
Los agentes supieron exactamente qué hacer, una vez que lograron ganarse su confianza y lo hidrataron, le acariciaron la cabecita para hacerle ver que no tenía nada que temer.
«¡Todo estará bien, pequeño!».
El perrito, dentro de su desesperación al ver que podrían acabar ahí sus días permanecía escondido en una zona árida y profunda, mientras tenía un hilo de fe de que alguna alma bondadosa regresara.
Su gesto fue aplaudido por miles de personas en las redes: “Esta imagen es maravillosa”, “Se me han saltado dos lagrimones», “En medio del caos aún hay lugar para la sensibilidad”.
El perrito pertenecía a uno de los caseríos de la zona, no llevaba microchip, por lo que no pudieron dar con sus dueños. Permaneció en una protectora, hasta que tiempo después afortunadamente pudieron dar con su dueño.
Comparte esta noticia para aplaudir el maravilloso gesto de estos nobles hombres y recuerda que nuestras mascotas no son objetos, ellos sienten, aman, sufren… ¡Y jamás se olvidarían de nosotros! ¿Por qué nosotros sí?