Dicen que la justicia tarda, pero no olvida; que se puede ocultar la verdad un tiempo, pero no eternamente. Esto parece ser cierto, sobre todo para el oficial de conservación de la Columbia Británica Bryce Casavant, quien desobedeció una orden de sus superiores y se negó a matar a dos cachorros de oso, por lo que fue despedido en 2015.
En lugar de eliminarlos como se le había ordenado, el hombre los llevó al veterinario para que, tras varios chequeos se los liberara en su hábitat natural. En represalia por su desobediencia, Casavant fue despedido, pero hoy, cinco años después ganó el litigio por su despido injustificado ante el tribunal superior de la provincia.
El hecho ocurrió cuando la madre de los cachorros fue encontrada junto a ellos comiendo la basura del vecindario y tomando por asalto un refrigerador. Al hacer caso omiso de la orden de sus superiores de matar a los animales, Casavant fue suspendido sin paga y finalmente despedido definitivamente.
Bryce Casavant
La semana pasada, el Tribunal de Apelaciones dictaminó que el despido de Bryce Casavant debería haberse abordado en virtud de la Ley de Policía, ya que había estado actuando como agente provincial especial, y no en virtud de su convenio colectivo y la Junta de Relaciones Laborales.
“Anula lo que sucedió. Legalmente hablando, es como si el despido nunca hubiese sucedido”, explicó Casavant.
Por su parte, su supervisor alega que le ordenó matar a toda la familia de osos “sobre la base de que se habían habituado a la alimentación humana”, según documentos judiciales. Si bien Casavant mató a la madre, no tuvo corazón para hacerlo con los cachorros de apenas 8 semanas de nacidos.
En cambio, los tranquilizó y los llevó a un veterinario. Los cachorros luego se transfirieron a una instalación de rehabilitación de vida silvestre y finalmente fueron liberados de nuevo en la naturaleza.
“Fui despedido por no seguir las órdenes y comenzó una larga batalla legal para luchar contra la decisión. Finalmente se hizo justicia”, afirmó el funcionario.
Esta semana, Casavant argumentó que, como agente especial designado en virtud de la ley, tenía el derecho de tomar la decisión final sobre usar o no un arma de fuego, lo que fue suficiente para que el juez dictaminase que Casavant debe ser reincorporado a su antiguo empleo de inmediato.
¿Cómo podría tener corazón para matar a estos dos indefensos oseznos?
La experta en derecho animal Rebeka Breder ha dicho sobre el caso que la decisión podría ser crucial para sentar un precedente y marcar la diferencia en futuros casos en los que los oficiales deban tomar este tipo de decisiones.
Comparte esta historia con tus familiares y amigos. La vida es justa porque es injusta con todos, pero no encontrarás almohada más blanda que una conciencia tranquila y un corazón en paz.