Una ballena bebé apareció en la costa de una playa ubicada a 120 millas de Río de Janeiro. Trescientos voluntarios lucharon para devolverla al agua sana y salva, hasta cavaron un canal hacia el océano antes de que la marea la impulsara inclusive más lejos. Los expertos sospechan que la cría se extravió migrando hacia la costa de la Antártica. Ahora todos están celebrando el esfuerzo que hicieron por salvar su vida, ya que exitosamente la criatura fue devuelta a su hogar ese mismo día en la tarde.
Se publicaron videos e imágenes que mostraban a la ballena siendo devuelta al Sur del Océano Atlántico, mientras muchas personas gritaban de alegría. Inclusive algunos lloraban al ver al mamífero marino regresando a su hogar después de casi 24 horas.
En un principio no creyeron que sería posible su supervivencia, ya que moverla resultaba demasiado difícil. Además, llevaba mucho tiempo allí, un día es largo para una ballena fuera del agua. Cuando empezó a nadar y mover la cola por supuesto las personas se conmovieron tanto…
Mientras la gigante criatura de casi diez metros se alejaba nadando, parecía celebrar junto a los humanos que le ayudaron y darles las gracias por su magnífica labor y esfuerzos. Algunos inclusive aseguran que les dijo adiós con una de sus aletas 😀 Muchos de los colaboradores se encontraban dentro del agua aplaudiendo y celebrando, ha debido ser un momento sumamente conmovedor.
Durante la movida mañana de ese día, tres excavadores se esforzaron al máximo en la misión mientras que docenas de personas usaban palas para remover la arena. En simultáneo, otro equipo de personas se encargaba de lanzarle tobos de agua al animal para que se mantuviese hidratado. El plan era excavar hasta llegar a un punto suficientemente profundo alrededor de la cría, esperando que así le llegaran las olas y la ayudaran a volver hacia dentro.
También le enrollaron cuerdas en el cuerpo para intentar elevarla y trasladarla hacia el océano, un par de botes intentaban halarla hacia dentro. Ninguno de esos esfuerzos funcionó hasta que la ballena bebé se intentó ayudar a sí misma y se movió un poco hacia el mar.
El animal pesaba alrededor de 6.000 kilos, por supuesto tenía que poner de su parte para que el plan funcionara y así lo hizo.
Los que llegaron a su rescate contaron que la criatura estaba en shock, estaba gimiendo y gritando de dolor, por supuesto también tendría miedo, por eso todos tenían que unir sus esfuerzos y asegurarse de no hacerle daño. Todos trabajaron en equipo y lo lograron, ¡es admirable lo que hicieron! Esperamos de corazón que la ballena pueda reunirse con los suyos y hacer la migración hacia la Antártica.
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