Hoy en día, en gran parte del mundo existen leyes en contra del maltrato animal, así como el abandono y, aunque todavía faltan muchos países que se unan, también hay fundaciones para crear conciencia, ayudar animales vagabundos, darles hogares temporales y nuevas oportunidades.
Pero más allá de todo, todavía nos falta bastante como sociedad por aprender sobre esto, ya que aún podemos ver animales deambulando indefensos por las calles, sin comida u hogar. Sin embargo, hay casos que, más que inexplicables, son bastante desagradables.
Y sin duda, este es uno de ellos: el 26 de abril del 2016 fue hallado Earl, un pequeño terrier de alrededor de un año y medio de edad, en Eugene, una ciudad de Oregón. El hecho sucedió después de que un oficial de seguridad del centro comercial Valley River Center denunciara haber visto a un hombre golpear, estrangular, patear y arrojar dentro de un auto Ford Mustang a un perro en el estacionamiento del lugar; la policía encontró más tarde el respectivo auto junto al perro y a su dueño, Zachary Michael Ralston.
Zachary es un hombre de 24 años y es quien le había propinado la golpiza al pobre animal, motivo por el que fue arrestado; además de ser acusado de maltrato animal, también se halló que poseía ilegalmente heroína y metanfetamina.
Tras presentarse ante un juzgado se le declaró culpable y recibió una condena de 40 días en la cárcel de Lane, 10 días por la posesión de sustancias ilegales y 30 por abuso animal agravado.
Según los registros, debe estar 3 años bajo libertad condicional, tiene una multa de 5.000 dólares, debe presentarse para tratamientos por drogas y no puede poseer una mascota durante los próximos 5 años.
En cuanto al pequeño Earl, fue llevado de inmediato a un hospital veterinario en el que se le diagnosticó una lesión cerebral traumática debido a la golpiza, estuvo internado durante dos días, para ser dado de alta el 28 de abril.
El cachorro fue enviado a un hogar temporal para su recuperación; a pesar de esto, todavía requería de grandes cuidados, ya que sufrió un trauma craneoencefálico por lo que los veterinarios y sus cuidadores debían estar atentos a su evolución.
En la actualidad, el pequeño terrier ya no está en el hogar temporal, sino que se encuentra con Robert Rosales, uno de los oficiales que acudió a su rescate y que después lo llevó al hospital veterinario; además de ayudar con la recaudación de donaciones, Robert también contribuyó con su propio dinero para poder pagar el tratamiento y los servicios médicos que Earl necesitaba.
Y aunque ha mejorado muchísimo, a este pequeño aún le queda mucho camino por recorrer, ya que todavía tiene que recuperarse de su trauma cerebral, así como de problemas de visión y una parálisis temporal en sus patas traseras.
Sin duda, este pequeño perrito ha encontrado un buen hogar, que además, cuenta con el apoyo y compañía de una persona con la que ya se encuentra familiarizado, por lo que su proceso de transición ha sido más fácil. Ahora tiene una familia que está dispuesta a darle mucho amor y los todos los cuidados que necesita por sus necesidades especiales.
No cabe duda que, así como hay maltratadores, también hay salvadores y Robert Rosales es uno de ellos; gracias a él, Earl no solo pudo sobrevivir a un hecho tan traumático, sino que se encuentra en recuperación.
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