Muchas de las personas que ven a Jim Brakewood Jr., no pueden imaginarse el enorme corazón que tiene y su gran debilidad: los perritos. Jim pasó muchos años en la guerra que lo dejaron profundamente afectado, tuvo que ver a muchos de sus amigos caer en combate y él mismo casi pierde la vida por recibir una fuerte herida en su cabeza. Su vida nunca volvería a ser la misma.
Jim tuvo en dos estadías en la guerra de Iraq.
Cuando regresó a casa, las cosas se fueron volviendo cada vez más difíciles. Jim comenzó a sufrir de trastorno de estrés postraumático y no hacía más que sumirse en pensamientos terriblemente negativos.
Fue entonces cuando decidió adoptar un perrito y no sentirse tan sólo. No podía imaginar el gran impacto que una hermosa perrita llamada Amora tendría en él.
“Me da compañía y es mi mejor amiga. No puedo explicar lo mucho que ella significa para mí. Me ha ayudado tanto”.
Cuando Jim llegó al refugio no pudo evitar fijarse en la bull terrier. Hace apenas un par de días que había recibido cirugía para amputar una de sus patas traseras por un accidente automovilístico. Se encontraba muy débil pero sacó todas sus fuerzas para acercarse a Jim y darle el mejor de los besos. Él comprendió que era una señal del destino.
“Supe que mi vida había cambiado y ya no todo era sobre mí. Tenía que mantenerme vivo para protegerla y asegurarme de que nada la sucediera”.
La vida de Jim dio un completo giro. Las difíciles experiencias de la guerra fueron quedando como cosa del pasado y ahora dedica su tiempo libre a crear conciencia sobre lo terriblemente que son juzgados los perros como Amora.
“Ella me necesitaba a mí y yo a ella”.
Los pit bulls y cualquier raza que se parezca un poco a ellos forman parte de nada menos que el 40% de perros que son sacrificados cada año en el mundo entero. La única razón es que se han ganado una injusta fama de ser agresivos.
El caso de Amora es más que claro: el amor de esta dulce perrita salvó a Jim, sin importar su raza ni su aspecto.
“Me despierto en medio de la noche si dejo de escuchar sus ronquidos”.
Jim y la dulce Amora estaban verdaderamente destinados a estar juntos. Ambos venían de un pasado devastador pero al encontrarse supieron conseguir todo el amor y cariño que necesitaban para seguir adelante.
No te vayas sin compartir la emotiva historia de Jim y su linda bull terrier. El enorme corazón de ambos son una prueba de que no hay que juzgar por las apariencias.