Los días son bastante tristes para los pacientes internados en un hospital, no es nada fácil estar enfermos y tener que dormir en un hospital mientras te dan medicinas y no puedes comer todo lo que te gusta.
Pero esto no tiene que ser así todo el tiempo; en el hospital UC en San francisco, en el área de cuidados intensivos tienen un miembro que hace la estadía de los pacientes del hospital mucho más grata para todos a los que él visita.
Se trata del gato Duke Ellington Morris, o simplemente Duke como lo llaman los pacientes. No existe ningún caso de alguna persona que pasara de vivir en la calle a trabajar en un hospital, pero Duke sí lo consiguió, él es miembro del hospital y cada día visita a todos los pacientes en cuidados intensivos iluminando los rostros de cada uno de ellos.
«Él es un gato absolutamente encantador», dijo Elizabeth Fernández, representante sénior de información pública en UCSF. «Es tan paciente, lo he visto en acción varias veces y ha dado tanto consuelo a nuestros pacientes y a nuestro personal».
Todo empezó en noviembre de 2010, cuando fue llevado dentro de una jaula a Animal Care and Control en San francisco. Cuando Isa, una niña de 5 años, vio por primera vez a Duke este estaba muy delgado pues acababa de ser rescatado y traído al refugio, pero esto no pudo impedir que Isa se enamorara completamente de él.
«Mi hija se enamoró de Duke», dice su madre Jennifer Morris, ambas llevaron a Duke a casa con ellas, el gato había sido traído de una colonia de gatos salvajes, por lo que Jennifer debía explicarle a Isa que sería un poco difícil entrenar a Duke.
Ella le explicó a su hija que el gato posiblemente era agresivo, que de seguro se escondería debajo de algún mueble de la casa y tardaría un par de días para tomar confianza y salir de ahí.
Pero Duke tenía otros planes, apenas entró en la casa se plantó en medio de ella con una apariencia dominante, él se sentía dueño y señor de la casa; además de que se veía muy feliz y era muy dócil al contacto humano, ¡ronroneaba con cada caricia!
«Entonces nos dimos cuenta cuando alguien tocó el timbre, Duke estaría allí primero, esperando a quienquiera que fuera la persona que entrara para poder saludarlo”, agregó Jennifer.
Era más que evidente que Duke era una máquina de cariño, él tenia mucho amor para dar, era tan entusiasta que incluso tenía más energía que una inquieta niña de 5 años, por lo que Jennifer tuvo una brillante idea.
Ella decidió inscribir a Duke en el Programa de Terapia Asistida por Animales de San Francisco SPCA. «Fui a dos sesiones diferentes para ver si Duke encajaba en el perfil que ellos buscaban», dijo Jennifer.
Thedodo / Iheartcats
Para poder entrar en el programa, Duke fue sometido a varias pruebas y exámenes; sorprendentemente, el gatito logró pasarlas todas, pronto fue seleccionado y se unió a 17 animales de ese proyecto.
Duke, al ser tan cariñoso y carismático, se ha robado el corazón de los pacientes. «Algunos de nuestros pacientes quieren ver un gato», dijo Fernández. «Algunos de ellos aman a los gatos simplemente, otros pacientes tienen gatos en casa y los echan de menos. Es agradable ver a Duke como un sustituto».
«Al principio, una de las enfermeras llevaba a Duke de persona a persona», dijo Jennifer. Pero a Duke no le gustó la sensación de no poder verlo todo. «Lo pusimos en una silla y le gustó eso, así podía verlo todo mientras era llevado de paciente en paciente».
Duke pasa todo el día en el regazo de sus pacientes de la UCI, él trabaja arduamente para hacerlos felices y luego de un agotador día de trabajo va a casa a ver a Isa, su niña, y aun tiene energía para dedicarle tiempo a ella.
La historia de este gato es impresionante y conmovedora, no olvides compartirla.