Dos perritos corrieron sin descanso para alcanzar a la ambulancia en la que trasladaban al hospital a su mejor amigo y lo que pasó después emociona a todos.
Quien dude de la lealtad de las mascotas, posiblemente nunca ha tenido la oportunidad de convivir con una. Es bien sabido que perros y gatos tienen la habilidad de escoger muy bien a “su persona favorita” y ese humano especial no siempre tiene que ser su dueño forma, digamos.
Una historia muy singular ocurrió en Mendoza, Argentina. Una mujer de la localidad de Tupungato, poblado ubicado en la región andina, tiene a dos perros llamados Bobi y Bobi. Sí, ambos se llaman Bobi.
Tupungato es un poblado de Mendoza, ubicado en la región andina
Aunque los perros son suyos, el corazón de estos animales está con uno de los sobrinos de la señora, un joven sordomudo que ha sabido ser muy generoso con los animales desde su infancia. Bobi y Bobi lo adoran y la historia a continuación definitivamente lo comprueba.
Un día, el chico cuya identidad no ha sido revelada por los medios, enfermó de gravedad. Su malestar hizo necesario que se le trasladara cuanto antes a un hospital.
Debido a que la familia vive en un poblado casi en la frontera con Chile, fue necesario llevarlo a Tunuyán, a más de 30 kilómetros de su hogar.
Bobi y Bobi habían escogido al chico sordomudo como su compañero favorito
Una ambulancia acudió al auxilio del chico. En medio de la emergencia, algunos de los presentes no pudieron pasar por alto un hecho muy curioso: junto a los familiares que estaban muy preocupados por la salud del joven, estaban Bobi y Bobi.
Ambos perros, nerviosos y confundidos, ladraban y lloraban mientras las personas encargadas de subir al chico en la ambulancia hacían su trabajo.
No conforme con la angustia de los perros, apenas partió la unidad médica hacia Tunuyán, ambas mascotas la escoltaron por todo el camino.
El hospital al que fue trasladado el joven está a más de 30 kilómetros de su hogar
Bobi y Bobi recorrieron más de 30 kilómetros siguiendo de cerca la ambulancia en la cual viajaba su mejor amigo.
Incluso los familiares del chico aseguran que ellos tuvieron que trasladarse hasta el Hospital Antonio Scaravelli en transporte público, por lo que cuando llegaron al lugar, los perros ya estaban ahí.
Como es de imaginar, la presencia de los perros en el hospital no pasó inadvertida. Estar afuera a esperas de su amo no los tranquilizó en absoluto.
Los perritos estaban inquietos, lloraban y deambulaban de un lado a otro, sin alejarse demasiado de la puerta por la que había entrado el joven enfermo.
Proteccionistas, médicos y enfermeras trataron de ayudar en lo posible a los perritos, para lograr que se calmaran mientras su amigo recibía las atenciones necesarias. Les ofrecieron agua, alimento y estuvieron atentos a cualquier eventualidad.
Bobi y Bobi esperando impacientes a su amigo a las afueras del hospital
Afortunadamente para todos, el chico sordomudo fue dado de alta pronto y tanto él, como sus incondicionales amigos, pudieron volver a casa.
Vecinos y amigos del joven se encargaron de llevarlo de vuelta a Tupungato, sin olvidar a sus acompañantes de 4 patas.
Los familiares del chico afirman que aunque los perros le pertenecen a su tía, Bobi y Bobi sienten un afecto especial por él. Es evidente que la lealtad de estos animales lo deja más que demostrado.
Los perritos no se movieron del hospital hasta que el chico fue dado de alta
Definitivamente la lealtad de los perritos no tiene límites, la popular frase que los describe como «el mejor amigo del hombre» es muy acertada. Sin ningún espacio para las diferencias ellos saben amar sin medida ni condición.
Cuesta creer que hay quienes subestiman la inteligencia de los perros, ellos saben reconocer lo que nos ocurre y están dispuestos a ofrecernos su consuelo y protección. Estos perritos demostraron que son una especie que los seres humanos quizás no merecemos.