Los caballos son animales de manada que establecen una clara jerarquía en el grupo, liderado por uno de sus miembros (generalmente una yegua). Aquellos que viven en libertad son presa fácil de los depredadores, de ahí su instinto natural de huida y defensa.
Durante años, los caballos han sido objeto de explotación al ser utilizados como instrumentos de carga. Esto hace que muchos ejemplares, que por naturaleza viven en manada, al ser utilizados para este fin tengan que vivir aislados.
Los vehículos de tracción, tan comunes en muchas partes del mundo, emplean los caballos para transportar turistas haciendo determinados recorridos por las ciudades, actividad que esconde tras de sí una verdad siniestra, vejatoria y abusiva en el trato que reciben estos animales.
Pero no solo es eso. Para evitar la movilidad del caballo, especialmente en zonas no delimitadas y que carecen de vallado, los propietarios muchas veces los sujetan con cepos, trabas o cuerdas, lo que coarta su movilidad e incluso causa deformaciones irreversibles e infecciones en las extremidades, que pueden incluso causarle la muerte.
En vista de esta situación que aqueja a miles de estos ejemplares a nivel mundial, la Secretaría de Medio Ambiente del departamento de Antioquia, en Colombia, ha dado un primer paso gigantesco para cambiar esta realidad, a través de una campaña llamada:
“Adopta un caballo, transforma una vida”.
En esta iniciativa sin precedentes, los trabajadores turísticos entregarán a los animales a la municipalidad para que sean adoptados y les sea garantizado su derecho a una vida plena, a cambio de vehículos a motor u otra unidad productiva.
“Los caballos pasan largas jornadas de pie, soportando el peso de remolques. Un caballo de tiro pesa entre 700 y 1.000 kg. El remolque puede pesar entre 600 y 1.300 kg.”, aseguró Carlos Uribe, secretario de Ambiente.
Tanto la alcaldía como la gobernación ya habrían firmado el documento que libera a los equinos de su pesado e indigno trabajo y permite que sean dados en adopción. Se espera que, para diciembre, más tardar, el intercambio ya haya sido completado y exitoso.
“Antioquia tiene 535 vehículos de tracción animal, caballos que no la están pasando bien, no necesariamente por un maltrato intencionado de la familia, sino que históricamente han visto esos animales como herramienta de trabajo”, añadió el funcionario.
Aunque la medida es un tanto tardía, ha sido bienvenida por muchos quienes aseguran que finalmente se está haciendo algo para cambiar la triste realidad de estos animales explotados. Progresivamente, se irán extendiendo nuevos decretos para prohibir la circulación de todo tipo de vehículos de tracción animal.
“Lo más importante es que la persona que vaya a adoptar pueda garantizar un espacio (finca) para el animal y que no lo usará para carga pesada. Queremos que puedan ser llevados a un lugar tranquilo y tengan un buen vivir”, indicó Uribe.
Si bien estos animales sirvieron en el pasado como medio de transporte, no se justifica de ningún modo que en pleno 2020 se sigan utilizando con estos fines. Esperemos que este ejemplo siga extendiéndose por el resto del planeta, ya basta de hacer sufrir a nuestros queridos compañeros de Reino Animal.
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