Un pobre gatito con sus dientecitos rotos, un ojito lastimado y el pasado más doloroso, no imaginó que para él el amor y una vida feliz, sí era posible.
Después de vivir la mayor parte de su vida en las calles, un gatito atigrado naranja de 6 años fue llevado a Animal Humane Society, en Minnesota.
Por desgracia, estaba cubierto de las dolorosas huellas que deja en algunos animales la vida en abandono. Además, dio positivo por FIV (virus de inmunodeficiencia felina).
Tras 6 años en la calle, Bruce no sólo tenía los dientes rotos, su corazón estaba destrozado también
Lo llamaron Bruce Willis y en el refugio les sorprendió saber que, sin importar todo lo que había sufrido, él aún tenía la capacidad de dar y recibir amor, manifestando su afecto con profundos ronroneos.
Comenzaron la búsqueda del hogar amoroso que Bruce tanto merecía. Cada vez que alguien se detenía a visitarlo en el refugio, encendía su motor ronroneante y esperaba que ese fuera el día.
A pesar de tanto sufrimiento, su corazón estaba hecho solo para amar
En el Día Internacional del Gato (8 de agosto), Sandra se enteró de Bruce en la página de Facebook del refugio y quedó completamente enamorada. Cuando vio su foto, simplemente sintió un gran calor en su corazón.
Ella decidió ir a visitarlo, «solo para mirar», ya que su casero no permite las mascotas. Cuando ella se acercó a su jaula en el refugio, el dulce niño pelirrojo la miró de inmediato con esos ojos tristes.
Historias como la de Bruce nos demuestran que el agradecimiento y la capacidad de amar de algunos animales, está por encima del dolor
Sandra fue a su casa ese día, con el corazón roto. Esperaba que una buena familia lo adoptara pronto, pero no podía dejar de buscarlo en el sitio web todos los días.
Cuando se enteró de que tenía una infección de las vías respiratorias superiores, fue a visitarlo y siguió regresando para acompañarlo en su recuperación.
Su mirada llena de tristeza era irresistible
Después de un mes, Bruce todavía no había encontrado un hogar. En el fondo de su corazón, Sandra sabía que estaba destinado a ser suyo.
Ella hizo hasta lo imposible y convenció a su arrendador de hacer una excepción a la regla de «no mascotas» de su departamento.
Sandra le envió una foto de Bruce a su arrendador y le dijo: “¿cómo puedes decir que no a esos ojos?”. Así fue como obtuvo el permiso para llevarlo a casa.
Bruce finalmente hizo realidad su sueño. En un minuto, se tumbó en el suelo de su nueva morada y comenzó a ronronear, estirando las patas como si supiera que estaba en su lugar para siempre.
No dejó de ronronear en toda la noche. Desde ese día, ha estado siguiendo a Sandra sin importar a dónde vaya.
Bruce tardó unos días en acostumbrarse a todas las cosas nuevas a su alrededor y darse cuenta de que ya no tenía que luchar por la comida o valerse por sí mismo.
Ahora Bruce es inseparable con su nueva madre y está feliz de tener un hogar perfecto
Ahora, tiene un ser humano a quien amar y proteger, y el niño atigrado es sumamente feliz. Tan pronto como Sandra se sienta en el sofá, Bruce viene corriendo y la abraza. Se despierta junto a su madre todas las mañanas y se acuesta acurrucado, ronroneando en sus brazos por la noche.
¿Puede haber un final mejor para la historia de angustia y sufrimiento de un gatito en las calles? ¡La verdad es que sería imposible! Gracias a Sandra, Bruce no tendrá que estar solo nunca más.
Esta hermosa amistad verdaderamente llega al corazón. Cuántos animalitos más están a la espera de almas nobles que se enamoren de ellos, a pesar de su duro pasado.