Cuando los rescatistas de Humane Society recibieron a un dulce perrito llamado Louie pensaron que se trataba de un caso tan difícil que tenía pocas esperanzas de sobrevivir.
Fue llevado allí por el Departamento de Tratos Injustos a los Animales y si algo quedaba claro con tan sólo verlo, era que el pobre había sufrido años de negligencia.
El perrito fue rescatado en Michigan, Estados Unidos.
Su pelaje estaba terriblemente enmarañado, al punto en que incluso caminar o comer podían ser actividades muy difíciles para él. Su salud estaba verdaderamente decaída, pero los rescatistas decidieron hacer todo lo necesario para que el pequeño contara con una nueva oportunidad.
“Creo que no solía tener mucho contacto con humanos. No sabía lo que era recibir cariño”.
Una vez que recibió un baño, notaron que Louie tenía algunos problemas de comportamiento. Desconfiaba de todos los que se acercaban a él; así que también necesitaría recorrer un gran camino para comprender que ya estaba a salvo y que contaba con personas que sólo querían ayudarlo.
“Ha evolucionado hasta convertirse en un perro completamente diferente”.
Fue entonces cuando Mandy Looney se ofreció para ayudarlo. Le abrió las puertas de su casa y aseguró que lo cuidaría solamente de manera temporal. Por suerte, las cosas salieron mucho mejor de lo que habían imaginado.
Toda la familia de Mandy quedó completamente enamorada de Louie, pero hubo alguien en especial que se volvió su mejor amigo.
Mandy tiene otros 4 perros que se convirtieron en los hermanos mayores de Louie.
Joe, el padre de Mandy, sufre de demencia y necesita de muchos tratamientos para poder mantenerse estable.
Cada día, cuando son las 3:30 de la tarde, Joe comienza a sentirse seriamente desorientado ya que no comprende dónde está ni lo que sucede a su alrededor. En cuanto Louie llegó a la casa, esto se volvió cosa del pasado.
“Cuando papá va a tener una crisis simplemente se acerca a Louie y pasa horas dándole mimos”.
Los planes de Mandy eran cuidar a este dulce perrito solamente por unos días. Sin embargo, fue mucho más lo que Louie dio a su padre. Su relación fue tan especial que simplemente se volvieron inseparables.
Era más que claro que Louie estaba destinado a pasar el resto de sus días con esta amorosa familia.
“No recuerdo cuándo fue la última vez que vi a mi papá tan feliz”.
Ahora, Joe logra pasar sus días mucho mejor gracias a su nuevo amigo. La presencia de un perrito puede tener un impacto realmente positivo en nuestras vidas. A pesar de que requieren tantos cuidados, siempre son ellos los que nos dan más amor.
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